"Venía gente de todos lados, en estampida"

Los transeúntes han reaccionado con angustia, gritos y desesperación, antes de encerrarse en bares y comercios

Ataque terrorista en las ramblas

Ataque terrorista en las ramblas / periodico

V. V. L. / M. J. I. / Barcelona

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Bruno aún estaba atónito horas después de las escenas más impactantes de personas corriendo para tratar de salvar sus vidas. "Venían de todas partes. Te decían que el ataque era en la Rambla, pero llegaban grupos a la carrera desde la zona de Portal de l’Àngel. Y tú en medio de todo el caos, sin saber qué pensar, qué hacer". 

Confusión, angustia, gritos y desesperación que se podían llevar por delante a cualquiera. A punto estuvo de pasar con una familia inglesa que estaba junto a unas vallas en la plaza de Vila de Madrid y se han visto sorprendidos por la marabunta. 

"Se han quedado aprisionados entre la multitud y la estructura de cristal. Ha habido un momento en el que no podían salir, que temían por sí mismos y el padre ha decidido coger a su hijo más pequeño y pasarlo en volandas al otro lado de la valla como ha podido", describe Flavián. 

"Todo han sido correrías, para arriba, para abajo. Gritos llantos. Estampidas de repente que te llenaban el local con más de 300 personas. Una locura. Nos ha costado una barbaridad calmar a la gente, pero poco a poco lo hemos conseguido con la información que nos llegaba de los medios", relata  Shaim, camarero del bar Living Barcelona. "¿300? ¡Y muchas más! Ha sido una auténtica locura, con tanto rumor, con tanto miedo, con la gente corriendo desesperada", tercia su compañera Deiny.

Desalojos

En fila india y muchos de ellos con bolsas llenas de la ropa, los cosméticos y otros enseres recién comprados, iban saliendo a media tarde los clientes que durante hora, hora y media, habían estado retenidos en los comercios de toda la zona, desde el Gòtic hasta el paseo de Gràcia. "Cuando nos han llegado los rumores de lo que había pasado, lo primero que hemos pensado ha sido en huir, pero luego hemos visto que era mejor mantener la calma", señalaba una señora que caminaba apresurada hacia el metro. Entre 2.000 y 3.000 personas, con cara de susto, han debido atravesar el cordón de la Ronda de Sant Pere, acompañador por la policía.