El ascenso frustrado de 3.000 sacerdotisas anglicanas

El voto contra el obispado femenino en Inglaterra ha sonado como una burla para una generación de mujeres que ejercen el sacerdocio, profesionales y bien preparadas

Sally Hitchiner, reverenda de la Universidad Brunel de Londres, a las puertas de la Iglesia anglicana, el 20 de noviembre.

Sally Hitchiner, reverenda de la Universidad Brunel de Londres, a las puertas de la Iglesia anglicana, el 20 de noviembre. / dcm

BEGOÑA ARCE

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Kat Campion-Spall, lajoven vicaria de una parroquia al sureste de Londres, llegó el pasado 20 de noviembre al sínodo general de la Iglesia de Inglaterra con su hija en brazos. Iris solo tiene un mes y medio, pero su madre quería que estuviera presente en un acontecimiento histórico. Un día le contaría que, poco después de llegar al mundo, había estado en el lugar y en el momento en el que serompieron las barreras que impedían a las mujeres ocupar los más altos cargos eclesiásticos. Pero los planes fallaron.

A pesar de que la inmensa mayoría de obispos, clero y seglares votaron a favor del obispado femenino, en el último grupofaltaron seis votos para alcanzar los dos tercios necesarios que requería la aprobación. El exceso de celo democrático condujo, en este caso, a una decisión profundamente antidemocrática. Los pocos que invocan a la Biblia y a la tradición se impusieron a los muchos que quieren acabar con una discriminación chirriante para los oídos de una sociedad como la británica. Kate, su madre y lasmás de 3.000 sacerdotisas de la Iglesia de Inglaterra tendrán que esperar aún bastantes años para ver la consagración de la primera obispa.

>> Lea el reportaje completo sobre elmachismo en el sínodo de la Iglesia de Inglaterra, en e-Periódico.