INSPIRACIÓN EN PRISIÓN

Arte en libertad condicional

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TERESA PÉREZ / BARCELONA

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El miedo ante un futuro plagado de interrogantes. Los recuerdos de los años felices de la infancia. El cielo, el mar, pájaros en libertad, retratos de un idealizado Camarón y un enorme reloj de arena para medir el tiempo que transcurre con una lentitud exasperante dentro de los muros de la prisión. Son símbolos que aparecen en las obras de arte que conforman la exposición 'Bàlsam i fuga. La creació artística en la institució penitenciaria', abierta al público hasta el próximo día 15 en CaixaForum. Son 70 creaciones realizadas por los internos de las 10 prisiones catalanas que salen a la calle en 'libertad condicional' para regresar a los recintos penitenciarios cuando finalice la muestra.

Un recorrido por esta muestra “emocional”, como la define la comisaria Mery Cuesta, permite apreciar la paciencia que se requiere para recoger las colillas necesarias para construir una pequeña embarcación. Un calendario para comprobar cómo transcurrieron los días, semanas y meses del 2014, año en que se creó la pieza en la prisión de Quatre Camins. La misma cárcel donde está interno Raúl G. R. (Barcelona, 1982).

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Este recluso entró en el mundo penitenciario a los 18 años y ya ha empezado a descontar los 4 que le quedan para ver todos los días la calle. Es uno de los asiduos de los talleres artísticos de las prisiones en los que participan más de mil internos asistidos por 53 monitores como Sonia M. P., una titulada en Bellas Artes que lleva 16 años trabajando con los reclusos de Quatre Camins. Esta profesora, entusiasta de su trabajo, valora en sus alumnos “las ganas de aprender y de explorar, la motivación y, sobre todo, su educación”.  No tiene ningún empacho en reconocer que “en la cárcel la gente es más educada que en la calle. Si comes te dicen 'que aproveche', y cuando pasas por su lado siempre te saludan”. Este modelo de enseñanza artística en prisiones que se realiza en Catalunya se analiza en otros recintos penitenciarios europeos.

MATAR EL TIEMPO

Raúl se define así: “Soy ladrón desde pequeño”. Empezó “robando caramelos" y acabó "con atracos". "Muchos amigos míos de aquellos años han tenido una muerte violenta”, afirma. Este interno -que reconoce haber tenido “una buena educación emocional" y haber sido "muy querido" por su familia-, recaló en los talleres artísticos para matar el tiempo, “porque en la cárcel pasa muy lento”. Raúl, que había pintado de pequeño, decidió retomar la afición. “La pintura me da paz y es muy importante en un mundo hostil como el de la cárcel”. Dice que su pintura tiene “siempre un mensaje”. Utiliza colores fuertes, rojos, amarillos y verdes.

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El joven recluso se detiene frente a la pared donde cuelgan obras realizadas por internos del antiguo Centro Penitenciario de Girona. Son cuadros con referencias a la figura materna “como manera icónica de plasmar la paciencia, la fidelidad y el amor”, señala el panel que explica las obras. Son dibujos en los que se aprecia una divertida jornada de baño o el sosiego que transmite una madre sentada en el comedor de casa.

HOMENAJE A CAMARÓN

Camarón no podía faltar en este recorrido artístico porque es “uno de los mitos más retratados por la población reclusa”, señalan los organizadores. Hay hasta 11 retratos que aportan diferentes perfiles de este cantaor, porque si la pintura es una válvula de escape, la música es otra. Cuando uno se detiene frente al altar donde se rinde culto al recordado cantante, se puede escuchar alguno de los 13 temas que le han compuesto los reclusos para esta exposición.

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El paseo por estas 70 creaciones lo cierran dos grandes murales: uno realizado por internos del centro penitenciario de Mas d’Enric, en la población de El Catllar (Tarragonès), en colaboración con el artista Ricardo Cavolo. Ojos que vigilan haciendo referencia al control penitenciario, paisajes, biberones en referencia a los hijos, cielos llenos de estrellas y el miedo, siempre el miedo al futuro fuera de la cárcel. “No sé qué haré cuando salga, lo que sí sé es lo que no haré”, concluye Raúl.