REIVINDICACIÓN DEL COLECTIVO HOMOSEXUAL

Arcoíris triunfal

Iglesias, junto al socialista Ángel Gabilondo.

Iglesias, junto al socialista Ángel Gabilondo.

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Dos días después de la muerte de Pedro Zerolo, Jesús Grande rebuscó en el local de la Cogam (Colectivo de Gais y Lesbianas de la Comunidad de Madrid), de la que es presidente, y dio con una vieja bandera que había cosido con el fallecido concejal socialista 20 años atrás. Eran tiempos oscuros, casi de clandestinidad. Empezaban dos décadas de dominio absoluto del PP en las instituciones madrileñas. Como temían ser muy pocos, hicieron una bandera de «solo 27 metros», pequeña para abrir una manifestación pero lo suficientemente grande para simbolizar un cambio, Desde el lunes ondea en el palacio de Cibeles, la sede municipal en la que gobernaba aquella alcaldesa que descalificó el matrimonio homosexual porque «si se suman dos manzanas, pues dan dos manzanas. Y si se suman una manzana y una pera, nunca pueden dar dos manzanas».Veinte años después, la más multitudinaria marcha del Orgullo Gay saludó con entusiasmo la bandera de Cibeles. Y lo hizo al ritmo de «¿a quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga, yo soy así y así seguiré», de Alaska y Dinarama, que alguien hizo sonar en los altavoces.Vuelve la movida del Madrid de Tierno Galván. Vuelve para celebrar los diez años del matrimonio homosexual y el fin de los años de plomo. Eso sí, en versión 2.0 y con nuevos protagonistas. En el centro de la pancarta que precedió a las 28 carrozas estaban los presidentes de los organizadores, Grande y Jesús Generelo (Federación estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales), pero todas las miradas se dirigían a Pablo Iglesias. El líder de Podemos, que no perdió la sonrisa de aspirante a triunfador durante las más de dos horas de cabalgata (como la denominó la alcaldesa Carmena) a 40 grados a la sombra. El líder socialista, Pedro Sánchez, le hubiera podido hacer sombra pero solo estuvo el tiempo justo para hacerse la foto. No quiso perderse la proclamación de Fernández Vara.

Ningún partido quiso quedarse fuera de la foto. IU colocó a su candidato a la presidencia, Alberto Garzón. Albert Rivera mandó a sus dirigentes regionales y la presidenta de la comunidad, Cristina Cifuentes, a su número dos, el consejero de Presidencia, Ángel Garrido. Era la primera vez que el PP se acercaba al evento, aunque no pudo llegar sujetar la pancarta de cabeza que reclamaba «leyes por la igualdad real». La organización le relegó. El pasado pesa.

Cifuentes dio también la orden de retransmitir la marcha en directo por Telemadrid. Una auténtica revolución. La misma cadena que protagonizó maratonianas retransmisiones de las marchas contra de las bodas homosexuales ayer fue las más gay frienly«En Madrid hay más de un millón de personas que gritan no a la homofobia y piden leyes por la igualdad ya», vociferaba una locutora, que prometía sumergirse en la fiesta y el desenfreno.

Al llegar a Colón, Carmena ejerció su papel de heredera espiritual de Tierno, y ante el entusiasmo desbordado de la gente se unió a la reivindicación de una ley contra todos los tipos de homofobia y otra de la transexualidad.