Gente corriente

Anna Vall-llossera: "La escucha tiene una gran capacidad curativa"

Médica en la trinchera. Frente a la receta y el bisturí, reivindica la empatía y la compasión como vías terapéuticas.

«La escucha tiene una gran capacidad curativa»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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Desde el ventanal de su amplia y luminosa consulta en el Centre d'Atenció Primària del barrio barcelonés de Bon Pastor, la doctora Vall-llossera -Nani para los amigos- observa las últimas casas baratas que resisten el envite de los modernos bloques de pisos.

-Hace ocho años pidió plaza en el CAP de Bon Pastor. ¿Por qué aquí?

-Ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Yo soy de Sant Gervasi, pero creo que un barrio trabajador es el mejor lugar donde se puede ejercer de médico de familia. Además, en este ambulatorio se hace formación de residentes y eso me interesaba.

SEnDEn Sant Gervasi la gente vive ocho años más que en el Raval, dice un estudio del 2012. 

-El círculo enfermedad-pobreza es determinante. Los médicos de familia actuamos sobre la población en su medio; conocemos sus relaciones, sus problemas económicos y sus angustias, que son factores que influyen en su salud. Por eso es tan importante la continuidad asistencial. No es admisible tener que esperar tres semanas para ver a tu médico de cabecera o que envíen a un médico que no conoces a visitarte a domicilio.

-Esto no sale en los titulares.

-Quizá porque no son noticias tan espectaculares como la lista de espera del servicio de urgencias de un hospital. Estamos deslumbrados por la tecnificación de la medicina. Cuantas más pruebas hacemos y más sofisticada es la técnica, más sensación de seguridad tenemos. Pero es falso. Un exceso de medicina puede ser dañino.

-Usted practica una medicina humanista.

-La escucha y la palabra tienen una gran capacidad curativa, pero cada vez creemos menos en ellas. Acoger el sufrimiento de las personas e invitarlas a verbalizar el origen social de su malestar ayuda a no medicamentalizar a las personas.

-Hablar requiere más tiempo que hacer una receta. ¿De cuántos minutos dispone?

-Siete minutos por paciente, pero intento dedicarle a cada uno lo que creo que necesita. Cuando cierras la puerta de la consulta puedes ejercer tu libertad para hacer las cosas como crees que debes hacerlas. Pero no sé cómo podré seguir haciéndolo si aumentan los cupos. Entiendo que haya que mirar los números, pero nuestro trabajo va mucho más allá de una hoja de Excel.

-¿Por qué es médica?

-Siempre he tenido vocación de ayudar y me encanta la gente.

-¿Su vocación se fundamenta en valores cristianos?

-Sí, soy cristiana, soy creyente, pero no quisiera que nadie se sintiera invadido por mi fe. Creer me lleva a intentar amar a los demás y a luchar por la justicia. No concibo la fe en el dios en el que yo creo sin esta mirada sobre el que sufre.

-¿Qué destacaría de todo lo que ha ocurrido en su consulta en estos ocho años?

-Cuando se produce el milagro o la oportunidad de que una mujer verbalice una situación de violencia machista, esa consulta es sagrada. Todo lo demás pasa a ser secundario y hay que dedicar el tiempo que haga falta a acompañarla en el largo proceso de reconstrucción y empoderamiento.

-Desde el 2012, los extranjeros con menos de tres meses empadronados en Catalunya no tienen derecho a la sanidad pública.

-Esta ley se aprobó con el argumento de acabar con el llamado turismo sanitario, pero en realidad afecta a los más vulnerables. Amparándome en la ley podría decir que no atiendo a cierta persona, pero amparándome en mi juramento hipocrático no puedo dejar de atender a nadie.

-¿La ley les obliga a los profesionales de la salud a romper su código ético?

-Sí. Pero como muchos otros compañeros, lo tengo claro: lo primero es la persona.