COLOQUIO EN PRIMERA PLAN@

Andrés Conde: "España no es país para niños"

El director general de Save the Children denuncia que la pobreza infantil se ha enquistado

Coloquio Primera Plana con Andres Conde director de Save de Children España

Coloquio Primera Plana con Andres Conde director de Save de Children España / periodico

ADRIÀ PALACÍN / TERESA PÉREZ / BARCELONA

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España no es un país para niños. Esta afirmación inspirada en el título de la película de los hermanos Coen, 'No es un país para viejos', ha servido este miércoles a Andrés Conde, director general de Save the Children en España, para realizar un crudo retrato de la infancia en este país. Los datos son tozudos: el 30% de los niños está en el umbral de la pobreza; 800.000 tienen privación material severa (126.000 en Catalunya); la tasa de fracaso escolar es la más alta de la Unión Europea (UE); el desempleo juvenil afecta a 1 de cada dos jóvenes; 3.730 niños fueron víctimas de abusos contra la libertad sexual, y 1 de cada 10 menores reconoce ser víctima "en estos momentos" de acoso escolar. La contundencia de los cifras no hace más que evidenciar "un fracaso social muy grande", ha lamentado el director de la organización.

Esta realidad estadística le ha permitido a Conde apostillar: "España no es el lugar que un niño elegiría para nacer". El porqué está claro la pobreza infantil ya comienza a ser estructural, la violencia está muy extendida y tolerada y hay una falta de prespectivas de futuro.  

El responsable de la oenegé ha afirmado en Primera Plan@, el foro de este diario, que lo único que hereda esta infancia vulnerable es la pobreza. El 85% de los chavales son hijos de padres que también lo eran. Hay cuatro grupos donde la pobreza se ceba de forma más insistente: las madres con hijos a su cargo, las familias numerosas, las de origen extranjero y las que tienen escasos estudios y no llegaron a graduarse en secundaria. La mitad de los niños que pertenecen a uno de estos grupos están en situación de pobreza.

INVERSIÓN ESCASA

Estas situaciones se enquistan debido a que no hay políticas específicas de lucha contra la pobreza infantil. No existen. Únicamente son medidas esporádicas y poco dotadas económicamente. Tienen "un presupuesto ridículo. La pobreza se combate con inversión", ha reconocido Conde. Un ejemplo: Catalunya destina el 0,9% de su producto interior bruto a políticas de infancia, mientras que en algunos países europeos es el 2,2%, casi el doble. Las políticas que existen son de familia y no de infancia. El responsable de la entidad fue claro: "La pobreza se combate con inversión y con políticas eficaces. No hay más secreto". 

Además, y para rizar el rizo, existe una visión paternalista de la infancia. Quien habla de este grupo de edad son los adultos y si no se escucha la opinión de los niños, no tienen voz y así no se puede progresar. "La infancia está en nuestros discursos y, seguramente, en nuestras emociones, pero desde luego no en nuestras decisiones", concluyó Conde. Los menores en riesgo de exclusión no tienen una nutrición adecuada, tampoco los materiales necesarios para el aprendizaje escolar y carecen de alternativas de ocio con un mínimo coste económico. Conde repasó también el mapa de la privación material severa de las diferentes comunidades autónomas y reveló que entre la ciudad autónoma de Melilla y Navarra hay un abismo de 24 puntos porcentuales.

¿Qué se debe hacer para enmendar esta situación? Conde ha defendido la implantación de dos medidas: una prestación universal por hijo a cargo que, a su juicio, es la que tiene un impacto más claro contra la pobreza infantil y, la segunda, imitar el modelo de Irlanda, que partía como el país con más pobreza infantil pero a través de políticas públicas sociales la ha reducido en 32 puntos porcentuales, mientras que España solamente lo ha hecho en 6,9. 

LOS MENORES NO VOTAN

Para Conde, "los niños son vistos como el futuro de la sociedad y no como el presente". Los menores, a su juicio, no son prioritarios para los gobernantes porque no votan, y tampoco interesan a las industrias porque este colectivo no tiene poder adquisitivo. El director general de la organización ha reconocido la enorme contradicción que supone que los menores españoles puedan trabajar a los 16 años y que, sin embargo, solo puedan votar a partir de los 18. 

La entidad, que ha establecido una alianza de colaboración con EL PERIÓDICO, ha defendido que es imprescindible que no prescriban los abusos sexuales a menores. "La complejidad jurídica no puede ser una excusa para ello", ha puntualizado. Los 3.730 niños que fueron víctimas el año pasado, según datos del Ministerio del Interior, de algún delito contra la libertad sexual son, para Conde, "una absoluta minoría, la punta del iceberg de un fenómeno de amplia extensión social y de extraordinaria gravedad" porque estos datos solamente hacen referencia a casos denunciados.

CONSECUENCIAS DEVASTADORAS

En este sentido también ha criticado "la invisibilidad y la falta de conciencia social" que rodea los malos tratos a menores, muchas veces encubierta bajo formas de disciplina. El responsable de Save the Children ha indicado que históricamente ha sido un fenómeno poco visible y, además, no se reconoce como problema social. Ha confirmado que no hay datos oficiales y lo que no se puede medir, no se puede "gestionar". Las consecuencias en los menores son devastadoras.

Las víctimas sufren comportamientos emocionales y sociales extremos que les producen numerosos síntomas: problemas de sueño y de nutrición, déficit de atención y aprendizaje, depresión e irritabilidad. Todos ellos son reacciones que tiene el menor ante lo que le está ocurriendo.

El niño, además, no percibe estos malos tratos como un hecho reprobable, no los valora como violencia porque sucede en su entorno familiar  y proceden de la persona a la que tienen más confianza y sienten más cercana. En este contexto el menor "normaliza los abusos y esa violencia y no se considera víctima, por eso es importante que no prescriban". Para los menores afectados, esta violencia "es tremendamente paralizante porque no encuentra mecanismos de denuncia a su alcance", ha indicado.Y , además, cuando se quejan "los sometemos a un proceso probatorio muy arduo, similar al que se sometía hace años a las mujeres violadas en nuestro país". Conde ha hecho un llamamiento para arbitrar mecanismos de denuncia y crear juzgados de Primera Instancia y redactar una ley orgánica que regule esta lacra que afecta a la infancia. Ha reconocido que se han hecho algunos avances para erradicarla, pero el fénomeno continúa siendo "injustificable".

MAYORES PROTEGIDOS

Los datos difundidos en el foro de este diario revelan que desde el año 2007, los niños representan el colectivo más vulnerable, mientras que los mayores de 65 años son los que registran menor riesgo de exclusión. ¿A qué se debe? Conde lo ha atribuido a que en estos casos ha habido voluntad política y social como el Pacto de Toledo que ha garantizado unas pensiones que han contribuido a disminuir "enormemente" la situación de exclusión social de este colectivo. Conclusión: la inversión y las políticas sociales son un freno a la exclusión social.  

Andrés Conde no pasó por alto los datos de la encuesta de condiciones de vida que ha realizado el Instituto Nacional de Estadística y que se han difundido este martes. Las cifras son apabullantes, por sexto año consecutivo las familias españolas han perdido renta. Sin embargo, y pese a que se han registrado un ligerísimo retroceso en pobreza infantil, "sigue siendo inaceptable", sentenció Conde.