Gente corriente

Anabel Sesé: «Nuestra pretensión no es ser médicos, es algo más sencillo»

Coordinó una peculiar iniciativa sanitaria que tuvo lugar en una escuela del Eixample, en BCN.

«Nuestra pretensión no es ser médicos, es algo más sencillo»_MEDIA_1

«Nuestra pretensión no es ser médicos, es algo más sencillo»_MEDIA_1

MAURICIO BERNAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hace unos días se produjo una escena curiosa en la cocina del Hotel Mandarín: alumnos de la cercana Escola Pia de Nostra Senyora habían desembarcado allí para tomar muestras de sangre de los empleados. ¿Es que la sangre de los trabajadores del Mandarín tiene atributos especiales? ¿Servirá para defenderse en caso de una invasión de vampiros? Coordinando la operación estaba Anabel Sesé, profesora del ciclo de formación profesional de auxiliares de enfermería que la escuela puso en marcha hace un par de años.

-Empecemos por decir que las del Mandarín no fueron las únicas muestras tomadas esos días, ¿no?

-Exacto. En las jornadas participaron alumnos, padres de familia y vecinos del barrio.

-Vamos al principio. ¿En qué consiste todo esto?

-Esto es un proyecto que empieza con el descubrimiento que hace un doctor llamado Jordi Martí: una forma sencilla, barata y rápida de tomar muestras de sangre, y que permite conservarlas durante más tiempo del normal. Un papel: un papel que conserva las propiedades de la sangre. En algunos países africanos, donde las muestras a veces tienen que recorrer grandes distancias para ser analizadas, es un descubrimiento muy útil.

-¿Y eso qué tiene que ver con ustedes?

-Pues que el director de la escuela pensó en aprovechar eso, en pequeño y bajo otros parámetros. Y pensamos: si en África la principal causa de muerte son las enfermedades infecciosas, aquí son las llamadas silenciosas, las enfermedades cardiovasculares...

-Y entonces…

-Entonces decidimos montar una pequeña campaña aquí, en el Eixample, una campaña de toma de muestras que llevaríamos a cabo nosotros mismos, es decir, los alumnos de la escuela, con el fin de concienciar a la gente de la importancia de la prevención.

-Los alumnos de enfermería.

-No, no solo, todos tenían un papel. Los alumnos de Acción Social tomaban los datos de la gente, luego los de Enfermería tomaban las muestras, dos, en realidad, una que analizarán en el laboratorio del doctor Martí y otra nuestros alumnos de Laboratorio de enfermería. Los voluntarios posaban después en un photocall, del que se encargaron los alumnos de Bachillerato Artístico, y los de Bachillerato Audiovisual hicieron un vídeo. Las cosas se aprenden haciéndolas, eso es así. Por supuesto que los primeros cinco minutos hubo algo de caos, pero luego los alumnos sacaron su parte más profesional y todo salió bien.

-Se hizo aquí, en el colegio.

-Sí. Salvo el día que fuimos al Mandarín, que se desplazó una delegación. Cuando el análisis de laboratorio termine, los alumnos, los profesores, los vecinos y todos los voluntarios recibirán los resultados y unos consejos de salud. Es el fundamento de todo: la prevención, la toma de conciencia.

-Era un pinchazo en el dedo, ¿no?

-Un pinchazo que practicaron antes. Quiero decir, hubo jornada de preparación. Por cierto, también tiene un aspecto solidario.

-Cuénteme.

-Los voluntarios podían dar un donativo para una escuela del barrio de Sam-Sam, en Dakar. El proyecto del doctor Martí nació en Senegal, es por eso. Al final participaron 434 personas y recaudamos 1.625 euros.

-¿Van a repetir la experiencia?

-Claro, nos gustaría mucho hacerlo cada año, o con una frecuencia que nos permita crear un registro, llevar un control, como se hace en cualquier trabajo sanitario.

-Van a dejar sin trabajo al CAP.

-No, no, esto es algo muy sencillo, no pretendemos ser médicos, ni mucho menos. Es como cuando vas a la farmacia a tomarte la tensión. Algo parecido.