PELIGRO OFTALMOLÓGICO DE POTENTES APARATOS A LA VENTA EN INTERNET

Alerta ante el riesgo de perder la visión por los punteros láser

El centro Barraquer previene de que el haz de luz daña la retina sin remedio

Dos de los punteros que adquirió la paciente que ha perdido visión.

Dos de los punteros que adquirió la paciente que ha perdido visión.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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Los punteros láser que con frecuencia molestan a los futbolistas en los campos españoles tienen una potencia de entre 5 y 10 milivatios (mW), suficiente para irritar los ojos y deslumbrar. El puntero cuya luz recibió indirectamente -rebotada desde una pared, y no sobre los ojos- una mujer de 37 años que ha perdido irreversiblemente el 50% de la visión tiene una potencia de 500 mW. Fue atendida la semana pasada en el Centro Oftalmológico Barraquer, donde le informaron de que sufre en la retina de ambos ojos lesiones similares a las que causa una fotocoagulación láser, la intervención que reciben los enfermos de diabetes afectados por retinopatías.

El centro Barraquer alertó ayer del riesgo que implica utilizar punteros láser de 200, 500, 4.000 o 6.000 mW, incluso si no se enfoca con ellos a los ojos. «El reflejo del haz luminoso de un puntero láser de alta potencia en una superficie que acabe dirigiéndolo a los ojos puede provocar lesiones irreversibles en la zona central de la retina, en la mácula», indicó el oftalmólogo Santiago Abengoechea, que atendió a la paciente.

China es en la actualidad el mayor productor y exportador de punteros láser de máxima potencia, que pueden comprarse por internet. «Se ha detectado la comercialización en España, fuera del ámbito profesional, de punteros láser que emiten rayos de luz de más de 500 mW en una longitud de onda superior a 450 nanómetros, muy dañinos para los ojos», avisó el Barraquer.

JUGANDO EN SHANGHÁI / La paciente del doctor Abengoechea adquirió el puntero cuando se encontraba de viaje en Shanghái (China) con su marido. «Compraron tres aparatos, y por la noche, en el hotel, el marido empezó a jugar con uno de ellos, cuya luz hizo rebotar en las paredes

-explicó Abengoechea-. En ningún momento enfocó a los ojos de su esposa, pero ella recibió el reflejo lumínico». A la mañana siguiente, la mujer ya era consciente de que había perdido buena parte de la

visión.

A diferencia de los punteros de baja potencia, que vistos desde la distancia emiten un punto de luz, los de más de 400 mW lanzan haces que son perceptibles en toda su trayectoria. «No se ve un punto, sino una espada de láser que enlaza la mano de quien sostiene el puntero con el lugar alcanzado», describe Abengoechea. Si alcanza un ojo humano, o su luz llega indirectamente a la vista, causa una fotocoagulación inmediata, afirma el oftalmólogo. «Cuando un haz de luz de esa potencia llega a la mácula, provoca en un primer momento un edema [acumulación de líquido] en el epitelio pigmentado, que luego se atrofia. Esa zona ya no recupera la visión», asegura el oftalmólogo.