Gente corriente

Alejandro Porras: "EEUU era la oportunidad de demostrar lo que era"

Lo que el fútbol le debía lo fue a conseguir lejos, en EEUU. Ahora está en Hawái, haciendo alohas: menorquinas locales.

«EEUU era la oportunidad de demostrar lo que era»_MEDIA_1

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MAURICIO BERNAL

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Porras, el mediocentro: empezó a jugar a los 8 años en el Santa Eulàlia de L'Hospitalet, y a partir de entonces todo fue crecer. La lista de equipos a los que prestó sus servicios en los siguientes 8 o 10 años podría ocupar 20 líneas de esta introducción, y no es plan, así que al grano: llegó un momento en que las cosas ya no fueron tan bien. El momento de hacerse hombre, acaso, a saber: el de tomar decisiones. Así acabó en EEUU. Y después en Hawái.

-Veamos: ¿usted se planteaba vivir del fútbol? ¿Ser profesional?

-Al principio no. Yo de pequeño iba jugando, simplemente. No pensaba en nada más.

-Pero era bueno.

-Destacaba, sí.

-¿Y cuándo cambió eso?

-Creo que cambió cuando me fichó el Villarreal. Yo tenía 16 años y me fui a Castellón, a vivir en lo que viene a ser la Masia del Villarreal. Era la primera vez que me pagaban, tenía representante... Parecía algo más serio.

-¿Cuánto estuvo allí?

-Dos años. Pero tuve una lesión en la rodilla y estuve siete meses sin jugar. Lo pasé muy mal. Y cuando creía que había acabado la temporada bien, el entrenador vino y me dijo que iba a confiar en otros jugadores que venían de abajo. Que les veía más proyección.

-Vaya. ¿Qué hizo?

-Volver al Cornellà, donde ya había jugado antes. Y pasó algo raro. Yo diría que jugaba con la misma confianza, ¿sabe? Pero, no sé, ya no destacaba tanto. Ya no era tan bueno.

-¿La lesión?

-No me atrevo a decir que fue por la lesión. No quiero decirle: «Sí, si no hubiera sido por la lesión, estaría en Primera División».

-Pero ¿siguió ahí?

-No. A final de temporada me cedieron al Viladecans. Yo, como le digo, me sentía un poco frustrado. No me imaginaba que en dos años iba a cambiar tanto mi situación.

-Entiendo. ¿Y cómo acabó en EEUU?

-Verá: yo por entonces estudiaba Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y un día me di cuenta de que no me gustaban las salidas típicas de esa carrera, que son profesor o preparador físico. Me gustaba más la gestión deportiva. Por otro lado, tenía la espinita de que con el fútbol no había logrado lo que quería. Había pasado al Vistalegre, por cierto. Es un equipo de Castelldefels.

-¿Y entonces?

-Entonces se presentó la oportunidad de ir a EEUU, a jugar y estudiar. Yo me sentía un poco atrapado, y vi EEUU como una solución.

-Cuénteme cómo le fue.

-Bueno, estuve dos años en la Hannibal-La Grange University, estudiando una carrera que se llama Sports Management y jugando en el equipo de la universidad. Y me fue muy bien. Era una nueva oportunidad para demostrar lo que yo era, y el segundo año me dieron el premio al mejor jugador de la conferencia y me incluyeron en la selección ideal de la liga universitaria. De todo EEUU.

-Pero no se quedó ahí. Ahora está en Hawái. ¿Cómo es que…?

-Porque me gradué, y con ese currículo de futbolista que me había hecho me contactaron varias universidades, entre ellas la Hawai Pacific University. Me llamaron, me ofrecieron hacer un máster de negocios... Y claro, jugar en su equipo: los Sharks.

-Y aquí su vida ha dado un vuelco, ¿no? ¿Ahora hace menorquinas?

-Sí. Resulta que aquí voy siempre con ellas y a todos les gustan, me hacen preguntas. Llaman mucho la atención, y yo ahí vi una oportunidad. Pero yo les he puesto alohas.

-¿Cómo le va?

-Hace un mes empezamos a vender en la web: alohassandals.com. Es un proyecto ecológico, las sandalias se hacen con materiales reciclados… No sé, estoy ilusionado.

-¿Y el fútbol?

-Bueno, aquí después de la universidad ya no hay equipos, nada semiprofesional. Hay una liga de aficionados, y supongo que ahí habrá algún sitio para mí.