Gente corriente

Aleix Canals: "¿Qué sentido tiene una máquina con emociones?"

'Coach' cibernético. Enseña a las máquinas a entender las emociones y a adaptarse al estado de ánimo de los humanos.

«¿Qué sentido tiene una máquina con emociones?»_MEDIA_1

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GEMMA TRAMULLAS

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A los 35 años tiene el futuro en sus manos, o mejor dicho, lo carga en una vieja mochila. El futuro es una especie de diadema con un sensor frontal que registra la actividad cerebral y comunica estos datos al móvil, tableta u ordenador, que, a su vez, reacciona a esta información. Ingeniero informático y máster en inteligencia artificial por la Universitat Politècnica de Catalunya, Canals es cofundador con Karim Ennakhli de Sekg (Sensing Emotional Knowledge), una de las primeras plataformas de tecnología de biofeedback. La entrevista arranca en la antigua capilla que acoge al superordenador Marenostrum del Centro de Supercomputación de Barcelona [en la foto].

-Este Marenostrum se parece a HAL9000, el ordenador criminal de 2001: una odisea del espacio. Esperemos que no se rebele... 

-[ríe] No lo hará si alguien no lo programa para ello. Antes había más robots malos, pero los más jóvenes han crecido con Wall-eEva o Her y tienen una visión menos fría de la robótica. Nosotros nos dedicamos a intentar que las máquinas entiendan las emociones.

-¿Cómo va a entender una máquina mis emociones si a veces no las entiendo ni yo?

-Es muy complejo, pero estamos en ello. La idea final es que las máquinas se adapten totalmente a nuestro estado de ánimo.

-¿Por ejemplo?

 

-Que la máquina entienda que estás triste y  cancele la reunión con un cliente, prepare los dispositivos de tu casa (música, luces...) para animarte o te reserve mesa en un restaurante especial. Nosotros hemos empezado con aplicaciones sencillas: PayAttention!, que detecta cuándo estás concentrado y bloquea llamadas y mensajes que puedan distraerte, y TakeItEasy, que analiza tu nivel de estrés y ayuda a relajarte.

-Que registren tus emociones y te lean el pensamiento da miedo.

 

-Es normal que haya recelos, pero dentro de unos años esto estará más normalizado. Nosotros queremos que todo el mundo, y no solo las grandes empresas, pueda sacar provecho de esta información. Una diadema con un sensor que no cuesta más de 100 dólares y que se comunica con tu móvil, tableta u ordenador puede mejorar la concentración de niños con déficit de atención o mejorar tu rendimiento laboral.

-¿Es posible que un ordenador se enamore como ocurre en la película Her

-Todo es posible. Puedes programarlo para que aprenda qué es una emoción, la reproduzca y sepa cómo le afecta en su día a día. ¿Pero qué sentido tiene que una máquina desarrolle emociones? Nosotros las tenemos por una cuestión de supervivencia y evolución, pero las máquinas no las necesitan. Crearles una necesidad emocional es casi hacerles una faena.

-Que se lo pregunten a los androides replicantes de Blade Runner...

-Eran tan perfectos que tenían que pasar un test de empatía para distinguirlos de los humanos. Si programáramos a las máquinas para ser humanos seguramente serían más perfectos que nosotros, pero a la vez esto les haría menos humanos.  ¿Cómo creer en quien no se equivoca nunca?

-El futuro es fascinante pero... ¿rentable?

-Empezar es difícil. Ahora mismo vivimos de antiguos desarrollos para móvil y de las tres F: Friends, Fools and Family.

-Amigos, familia ¿y quiénes son los fools?

-Los locos que te dejan dinero porque confían en ti. Hay una cuarta F, de Founders (fundadores), o sea, nuestros ahorros.

-¿Renunciarían a Sekg por alguna oferta?

-Hemos recibido ofertas de Google y Amazon, pero nada nos parece más interesante que lo que estamos haciendo. Nuestro proyecto tiene mucho futuro. Esto acabará existiendo, ¿no? Pues hagámoslo nosotros y hagámoslo ahora.