El futuro de la tradición taurina

Y ahora, los 'correbous'

Presentadas 11 denuncias contra 7 municipios de Tarragona por irregularidades en los festejos

Una celebración de 'bous embolats' en Sant Jaume d'Enveja.

Una celebración de 'bous embolats' en Sant Jaume d'Enveja.

SÍLVIA BERBÍS
TORTOSA

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Abolidas las corridas de toros en Catalunya, el horizonte de los antitaurinos se ha despejado. Sus miradas se dirigen ahora, más escrutantes que nunca, hacia los correbous. El primer paso de gigante del camino que las entidades animalistas esperan que acabe en la prohibición ya se ha dado: las asociaciones Anima Naturalis, Pacma y Actyma tienen preparado -y en varios casos, presentado- un paquete de denuncias contra siete municipios de las comarcas del Ebro por supuesto incumplimiento de la ley que regula este tipo de festejos. Los antitaurinos admiten que las reclamaciones -que se tramitarán por la vía civil ante las diversas administraciones competentes- forman parte de una estrategia de desgaste contra los bous para minar su arraigo.

«Nuestro próximo objetivo es la abolición de los correbous, pero una iniciativa legislativa popular (ILP) no es la mejor fórmula en este caso, a diferencia de lo que se hizo con las corridas», señala Elena Allué, delegada en Catalunya del partido animalista Pacma. Allué sostiene que en el caso de las fiestas tradicionales con bous, un ataque fulminante como una ILP podría ser contraproducente: «Somos conscientes que intentar la prohibición despertaría mucho rechazo, porque es una realidad tan espantosa como arraigada», apunta. Además, señala Aïda Gascón, de Anima Naturalis, «una ILP caería enseguida en el Parlament porque algunos partidos políticos no tienen aún la valentía necesaria para atreverse al menos a abolir las modalidades más agresivas como el capllaçat y el embolat». «Tarde o temprano caerán», añade Gascón. Por ahora, la mejor estrategia, consideran los detractores de los correbous, es «sensibilizar a la ciudadanía, manifestándonos y denunciando las irregularidades que se cometen», dice Allué.

GRABACIONES El Pacma, junto a la entidad Anima Naturalis, tienen grabadas esas supuestas irregularidades. Los vídeos sustentarán dos denuncias contra el Ayuntamiento de Camarles, otra contra el de Sant Carles de la Ràpita y una cuarta contra l'Aldea. A ellas se suman las dos ya interpuestas por Actyma contra los organizadores de sendos correbous en Alcanar, uno en Santa Bàrbara y dos en Sant Jaume d'Enveja, y a otras dos preparadas contra sendos bous embolats en Amposta.

Las principales infracciones detectadas consisten en la superación del tiempo reglamentario fijado por la ley para determinadas modalidades, «maltrato intencionado» e incumplimiento de las medidas de seguridad mínimas en las instalaciones preparadas para contemplar diversos espectáculos taurinos. Además, «se cometieron otras infracciones en Amposta y L'Aldea, como que en todos los bous capllaçats que presenciamos había una gran cantidad de menores de 14 años que participaban corriendo tras el toro, y algunos tenían incluso menos de 10 años e iban cogidos de la mano de sus padres», apuntan los denunciantes.

«Si llegan las denuncias, las administraremos, no hay ningún problema», señaló ayer Josep Garriga, concejal de Gobernación, Comercio y Toros de Amposta. Según Garriga, «hoy en día a los toros se les trata mejor que a las personas, y somos muy conscientes de que estamos en el ojo del huracán y que de nuestro comportamiento depende la fiesta».

El delegado del Govern de la Generalitat en el Ebro, Xavier Pallarés, asegura que «de momento estamos satisfechos con el cumplimiento de la duración de los correbous y con el trato, según se desprende de las actas de inspección de los veterinarios». Pallarés sostiene que puede haber alguna infracción puntual, aunque afirma: «once denuncias previstas sobre casi 200 correbous significa que lo estamos haciendo de maravilla».