Polémica ecológica

Aguas turbulentas

F. C.
RIUDAURA

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La explotación de yacimientos de hidrocarburos mediante el sistema de fractura hidráulica horizontal (fracking) está envuelta en la polémica por los efectos nocivos que puede causar al medioambiente, especialmente a los acuíferos situados en el entorno de los pozos. La técnica consiste en la realización de una perforación vertical que puede alcanzar una profundidad de miles de metros, hasta alcanzar el sustrato en el que está retenido el gas en pequeñas burbujas diseminadas en arcillas o en pizarras bituminosas.

Una vez alcanzada esa profundidad, se procede a realizar perforaciones más o menos horizontales para fracturar el sustrato mediante la utilización de explosivos y la inyección a grandes presiones de un fluido de fractura compuesto por agua, arena y productos químicos. Con ello se consigue la extracción del gas, que al liberar la presión fluye con el agua inyectada hasta alcanzar la superficie. La técnica está siendo muy contestada en EEUU, país que es su principal impulsor, y ha sido prohibida en Francia, Holanda, Rumanía y algunos länder (estados federados) alemanes.

Asociaciones como Ecologistas en Acción afirman que el fracking puede producir alteraciones físicas en los acuíferos y recuerdan que las perforaciones a gran profundidad «se realizan las 24 horas del día y durante meses». Advierten de que se pueden producir interrupciones en el flujo de agua, comunicaciones con sustratos más profundos y que los acuíferos «se pueden destruir totalmente». El principal riesgo es que se contaminen las capas freáticas, ya que en la fractura hidráulica horizontal se usa agua a presión mezclada con arena y productos químicos «altamente tóxicos» que suponen el 2% del fluido total utilizado.

Efectos irreversibles

Ecologistas en Acción sostiene en el informe Efectos de la fractura hidráulica sobre el agua en España que si se generaliza la extracción de gas mediante fractura hidráulica «muy probablemente se producirá la contaminación química de los acuíferos de la zona. Una contaminación que resultaría irreversible, de forma que los acuíferos pueden quedar inutilizados de forma permanente para el consumo humano». Los conservacionistas también recuerdan que esta técnica requiere un gran consumo de agua para inyectarla a presión y que los camiones y la maquinaria pesada que se utiliza en los pozos necesitan que se habiliten grandes pistas forestales para acceder a ellos.

El presidente del Col·legi de Geòlegs de Catalunya, Joan Escuer, también opina que el fracking es un sistema de extracción «polémico», por lo que considera que es conveniente aclarar muchas «incógnitas» sobre las «consecuencias» de este sistema antes de ponerlo en práctica en un yacimiento.