Lloret cierra la discoteca en la que murió el joven italiano

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Ayuntamiento de Lloret de Mar (Selva) ha decidido cerrar cautelarmente la discoteca Sant Trop en la que tuvo lugar la terrible agresión de tres hombres rusos que el sábado mataron a un joven turista italiano de 22 años.

La orden de cierre, informa ACN, se produce después de que las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Local y diferentes técnicos de los departamentos de Servicios Jurídicos, Protección Civil y Actividades hayan detectado presuntas anomalías de carácter grave en materia de seguridad. "Existen motivos suficientes para clausurarla", ha asegurado Jaume Dulsat, alcalde de un municipio habitualmente bajo la lupa debido a los diversos episodios vinculados al turismo de borrachera.

Las deficiencias detectadas se refieren tanto a la seguridad privada de la que debería disponer el establecimiento como a determinada documentación en materia de seguridad, con la que necesariamente deben contar los establecimientos de pública concurrencia.

El objetivo del consistorio ahora es analizar toda la documentación recogida y determinar si en el momento de los hechos estaba el aforo legal, si había suficiente vigilantes y si el tiempo de respuesta fue el adecuado. Dulsat no quiso adelantarse al informe conjunto que prevén hacer público esta tarde pero ha asegurado que serán "contundentes" si se demuestra que no se actuó correctamente.

Nueve controladores

El local tenía nueve controladores de acceso pero ningún vigilante de seguridad. El abogado del establecimiento, Joaquim Boadas, que se ha personado como acusación particular, ha explicado que por normativa se necesitaban cuatro controladores y dos vigilantes pero que el local dobló los controladores necesarios con una "clara voluntad" de garantizar la seguridad en el establecimiento.

A pesar de ello, Boadas ha insistido en que la brutal agresión se produjo en solo 40 segundos y que no se habría podido evitar aunque hubieran 20 vigilantes. El letrado ha atribuido la paliza a uno de los tres detenidos y ha pedido que se le aplique la máxima pena. Además, ha lamentado que hechos como este destruyan la imagen de un local con cincuenta años de historia.