Víctimas de un tipo de "gatillo fácil"

cmontanyes36976374 aspa170121151818

cmontanyes36976374 aspa170121151818 / EL PERIÓDICO

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / LLEIDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Al señor Sindo le ha sorprendido sobremanera encontrarse este sábado, a media mañana, con un control de los Mossos d'Esquadra en plena carretera entre Aspa (Segrià) y El Cogul (Garrigues). Como hace cada dos o tres días, el señor Sindo se dirigía a echar un vistazo a la parcela de almendros que tiene por esa zona, "al llegar al cruce, a la derecha", cuando se ha encontrado con que los policías le hacían parar el coche. "He pensado que quizás me iban a pedir el carnet de conducir", explica este septuagenario, ya por la tarde, mientras toma un cafecito en el Casal So Nostre de Aspa.

Al llegar a la altura de los mossos, prosigue el jubilado, estos le han comunicado que el camino estaba cortado y que era mejor que diera marcha atrás. "No ha sido hasta la vuelta al pueblo cuando me han explicado lo de los agentes rurales y el cazador que los ha matado"lo de los agentes rurales y el cazador que los ha matado, detalla. "Ninguno de ellos era de aquí, pero es posible que me los haya cruzado alguna vez cuando voy a la finca. ¡Pobres chicos!", concluye.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Los fallecidos formaban parte de un cuerpo de 500 efectivos, no armados,\u00a0","text":"que velan por la protecci\u00f3n del medio ambiente y el patrimonio natural\u00a0"}}

En Aspa, donde este sábado una treintena de vecinos -ya cuarentones- celebraban un encuentro de exalumnos del colegio público de la localidad, la muerte de los agentes rurales David Iglesias y Francesc Xavier Ribas ha causado consternación. El pueblo, de apenas 300 habitantes, tiene en su coto de caza uno de sus escasos atractivos turísticos (a parte de la coqueta ermita de Sant Sebastià que corona la localidad) y la presencia de los agentes rurales forma casi parte del paisaje.

Estos días, precisamente, el coto de caza, de titularidad municipal, se promociona para que aficionados de toda Catalunya puedan disfrutar tirando al zorzal común o tordo, un ave de poco valor cinegético, pero cuya veda se inicia unas semanas antes que la del resto de especies de caza menor. Por 40 euros, el ayuntamiento dispensa a los interesados un permiso de caza.

LABORES DE SUPERVISIÓN

Los dos agentes rurales tiroteados en la localidad formaban parte, según han explicado compañeros suyos, de una patrulla mixta. "Son agentes de dos comarcas, que los sábados, con la llegada de los cazadores, forman equipo para hacer labores fundamentalmente de supervisión", cuenta un joven agente, visiblemente abatido por lo ocurrido. "Es que lo que ha pasado no tiene explicación... El infractor solo se exponía a que le requisaran el arma para la que no tenía permiso durante unos días", agrega otro, más veterano, pero con el rostro también desencajado por las lágrimas vertidas. "Lo último que se habrán debido imaginar es que el individuo la fuera a emprender a tiros contra ellos", solloza.

Xavier y David han sido víctimas de una persona "de gatillo fácil", que ha reaccionado con una violencia sin paragón, ha lamentado el 'conseller' de Interior, Jordi Jané. "Tener un arma de fuego es un acto de responsabilidad y, lamentablemente, no todo el mundo tiene esa capacidad", ha proclamado Jané, que ha instado a revisar "de qué modo se autorizan las licencias para armas de fuego y cómo se renuevan esos permisos".

Los fallecidos formaban parte de un cuerpo de 500 efectivos que "vela por la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente, y defiende el patrimonio natural". Entre los cometidos de los agentes rurales, que no están autorizados a portar armas, figuran la investigación de las causas de un incendio, la detección de plagas forestales, la denuncia de un vertido en un río o la colaboración con los servicios de emergencias para evacuar personas en el caso de una nevada.