NUEVOS PROYECTOS TECNOLÓGICOS CIUDADANOS

Barcelona apunta al espacio

La Agencia Espacial Europea abre una incubadora de empresas y el Ayuntamiento intenta captar proyectos

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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Si de Madrid, al cielo; de Barcelona, al espacio. Instituciones, empresarios y grupos de la sociedad civil están intentando de nuevo convertir la ciudad en un vivero de empresas que saquen provecho del llamado Nuevo Espacio (New Space), la franja estratosférica más próxima a la Tierra, liberada para usos civiles y destinada a protagonizar, según los analistas, el próximo boom tecnológico del siglo. Todo gracias a satélites muy pequeños, los nanosatélites, que han permitido abaratar muchísimo los costes de creación, lanzamiento y gestión, y a nuevas aplicaciones orientadas a los ciudadanos, basadas en localización, telemetría u observación de la Tierra.

Varias iniciativas están confluyendo para crear un entorno óptimo. Por un lado, la Agencia Espacial Europea (ESA), con Barcelona Activa, ha creado una incubadora de empresas en el campus de la UPC de Castelldefels que se inaugurará oficialmente el 27 de noviembre, con los primeros 10 proyectos de los 40 que pretende acoger en los próximos cinco años. Y el Ayuntamiento de Barcelona, la Universitat de Barcelona, la Politècnica de Catalunya y el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya, más la Universidad de Florida (EEUU), que firmaron el pasado junio un convenio para crear el Centre de Tecnologies i Aplicacions per a Petits Satèl·lits (Censat) para ofrecer base tecnológica a compañías que se instalen en la ciudad. El centro, que de momento solo es un papel firmado, es parte de una estrategia para acoger a una multinacional dedicada a la fabricación de lentes para telescopios que anda negociando con las administraciones.

En la capital catalana también coinciden pequeñas empresas tecnológicas vinculadas al espacio de diversas formas que buscan crecer lejos de los grandes proyectos espaciales y orientados a necesidades ciudadanas. Estos pequeños emprendedores espaciales están intentando constituirse en una asociación, de nombre provisional Comunitat New Space, que ejerza como lobi ante las administraciones y facilite oportunidades de colaboración. Algunas participaron en un evento de Barcelona Loves Entrepreneurs (BLE), la iniciativa de dinamización empresarial que coordinan Toni Mascaró y Josep Maria Valero, y que dio visibilidad al incipiente nuevo ámbito.

Barcelona ya tomó otra vez la salida en esta carrera. Hace más de una década, la Administración socialista impulsó el área metropolitana como sede del llamado clúster aeroespacial alrededor de la asociación Barcelona Aeronàutica i de l'Espai (BAIE), que agrupaba sobre todo a grandes empresas (Indra, Mier, Telefónica), y que pretendía crear una industria potente de base tecnológica que se beneficiara de proyectos europeos como el cohete Ariane o la red Galileo. Se creó también el Centro de Tecnología Aeroespacial (Cetae), para el que se fichó incluso a un gran nombre de la ESA, como Joan de Dalmau. Unos años más tarde, se constató que la apuesta no acababa de despegar y se fue desgastando. El Cetae acabó absorbido por el centro tecnológico ASCAMM, De Dalmau se fue a Holanda y los terrenos que habían de albergar el parque tecnológico, en el polígono Ca n'Alemany de Viladecans, se vendieron y ahora acogen las obras del futuro macrooutlet del Baix Llobregat.

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Una década después, el objetivo no es participar en lanzamientos espaciales o poblar el área metropolitana de futuros astronautas. Lo que se pretende es «utilizar los satélites para dar servicios a los ciudadanos, que pueden ser hasta una aplicación móvil», como explicó Jorge Fuentes, gerente de la incubadora de la ESA en el Parlament el pasado 8 de octubre, en una comparecencia de la Comunitat New Space para recabar apoyos.

El proyecto de la incubadora de la ESA, en el que colabora Barcelona Activa, como parte del área de Promoción Económica del ayuntamiento, es vista como la joya de toda la operación. Actualmente está en proceso de selección pero ya dan cobertura a empresas como Hemav, dedicada a los drones, o Dapcom, que crea software para utilizar los datos espaciales obtenidos como big data.

EL AMIGO AMERICANO

Pero no solo la ESA -a la que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, visitará este lunes para pedir que se haga realidad el proyecto de crear otra incubadora de empresas espaciales, en este caso en Madrid- se ha fijado en Barcelona. Un emprendedor español ubicado en Florida, Rafael Guzmán, está sondeando al Ayuntamiento de Barcelona y a la Generalitat para instalar una sede de su compañía, Satlantis, que produciría en el Baix Llobregat lentes para satélites y telescopios. La iniciativa, que viene apadrinada por la exministra de Ciencia e Innovación Cristina Garmendia, compite con el interés del País Vasco. «Barcelona es interesante porque contrataría el desarrollo tecnológico al Censat, está aquí la incubadora de la ESA, habría la colaboración de las universidades... Ahora somos una start-up pero nuestro interés es crecer a una dimensión global y contratar aquí a entre 50 y 100 ingenieros. Es una inversión de 60 millones de euros que tendría un retorno anual de 80 millones», explica Guzmán.

«Al margen de la promoción económica, el ayuntamiento tiene interés en explorar qué puede hacer esta industria por la ciudad. Si sería interesante participar en el lanzamiento de un satélite o varios, junto a otras ciudades, por ejemplo, que permitiera tener datos GPS, del tráfico, la contaminación o para orientar a vehículos automáticos», dice Manel Sanromà, director del Institut Municipal de Informàtica.