EL JUICIO DE LA TRAGEDIA DE HALLOWEEN

El adiós de Katia en el Madrid Arena: "No puedo más, dile a mi padre que le quiero"

Juicio por la tragedia del Madrid Arena

Juicio por la tragedia del Madrid Arena / jma

MANUEL VILASERÓ / MADRID

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Escolafriante mañana de testimonios en el juicio por la tragedia del Madrid-Arena. Varios de los supervivientes de la avalancha mortal han contado el horror que supuso para ellos y para las víctimas mortales esa noche de Halloween. “No puedo más, no puedo más, dile a mi padre que le quiero”, ha recordado Amor López que le dijo una de las fallecidas, Katia Esteban, cuando ambas estaban en el tapón humano que se formó en uno de los vomitorios.

Al igual que Katia, Amor López tenía 17 años en el momento de la tragedia. No conocía de nada a la fallecida pero estaba detrás de ella y pudo escuchar sus últimas palabras. “Después dejó de hablar y de respirar”, ha contado en medio de un silencio que se podía cortar. Los días posteriores identificó a Katia a través de las imágenes difundidas por los medios de comunicación.

Su relato de cómo logró sobrevivir da idea del caos que se apoderó de la sala durante un tiempo que ella no sabe precisar pero que se le hizo “eterno”. “Mis pies no tocaban el suelo y no se como nos vimos encajados. Se que suena muy mal, pero para intentar salir con vida tuve que pisar a tres o cuatro personas. Al final, mis amigos vieron que me estaba muriendo y sacaron fuerza de no se donde y me sacaron”, ha contado,

MASIFICACIÓN

Como el resto de testigos, Amor ha contado que no pasó ningún control, ni registro, sino que sólo le pidieron la entrada en los tornos. Entró con una garrafa de cinco litros en la mano y dos botellitas ocultas en los pantalones.

"Había mucha gente pasando. Todo eran masificaciones, todo lo que había alrededor del Madrid Arena era una barbaridad", ha añadido. Ya dentro se dirigió a la pista. "Todo eran empujones, no se podía andar, no se podía casi ni respirar en el recinto entero", ha apuntado.

Otra testigo, Belén Sastre, que tenía 16 años, ha explicado cómo se quedó atrapada junto a una de las fallecidas Belén Langdon, que era su amiga. "Estábamos cogidas de la mano hasta que llegó un momento que dije, si me tengo que morir aquí me muero", ha recordado.

Junto a sus amigas, todas menores de edad, la joven había comprado la entrada a un relaciones públicas por 30 euros una semana antes de la fiesta, aunque luego les "dijeron que se podía pasar con mucha facilidad porque no había ningún tipo de seguridad". De hecho, ha explicado que tampoco pasó "ningún control" ni "ningún registro".

Y tampoco pasaron la entrada por el lector ni les pidieron a ninguna el DNI cuando, ha recordado, todas eran menores de edad.

PUERTA CERRADA

Se vio implicada en la avalancha cuando coincidiendo con el comienzo del espectáculo de Steve Aoki a las 03.30 trató de entrar a la pista para atravesarla e ir al baño con su amiga Belén por un vomitorio, pero la puerta de éste se cerró. Entonces se dirigieron al otro vomitorio, que resultó mortal. "Ahí fue cuando todo el mundo quería entrar y nosotras salir, nos empezaron a empujar y es cuando Belén y yo fuimos las primeras en caernos". 

Fueron los minutos más dramáticos. "Nos caímos de la mano las dos al suelo, le dije vamos a levantarnos, pero estábamos boca arriba. De repente nos empezó a caer gente, fue tan rápido que no te da tiempo a reaccionar, nos empezó a caer muchísima gente encima, no veía nada, estábamos cogidas de la mano en el suelo y tenía el brazo completamente torcido. No sentía las piernas por toda la gente que había encima", ha explicado.

Pero lo peor estaba por llegar pues en un momento dado la joven ha reconocido que llegó a verse muerta. "Ella (su amiga) gritaba me muero, no puedo respirar. Y yo me dije, me muero ahora mismo, no puedo respirar, nadie me ayuda, era horroroso. Llegó un momento que dije si me tengo que morir aquí me muero. Me puse a rezar y me quedé inconsciente" hasta que, como ella ha dicho, "revivió".

"Es como cuando sales de la piscina y estas sin respirar muchísimo tiempo. No entendía nada de lo que había pasado, todo el mundo estaba gritando y llorando", ha explicado. Nadie la ayudó después, ha añadido.