Adiós al día soñado

Una chica de Sant Boi denuncia las imposiciones de la parroquia de la Colònia Güell para acoger la ceremonia de su boda

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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Ángela comenzó a ver desvanecer su sueño de casarse en la Colònia Güell, en Santa Coloma de Cervelló, al asistir a la primera entrevista con el padre. «Nos dio un papel en el que te informan de que los servicios de floristería, fotográfico y la música de un organista que suena en la ceremonia solo pueden ser con los profesionales que autoriza esta iglesia, y te adjuntan sus teléfonos», explica esta joven de Sant Boi que no revela su auténtica identidad. Recuerda también que cuando le entregaron las condiciones y normas para casarse en la cripta de Antoni Gaudí , el párroco añadió «a mano» la cifra de 150 euros, «y mientras la redondeaba se limitó a decir esto es la voluntad, sin más explicaciones». 

Ángela tuvo la sensación de que «en esa iglesia todo funciona como un clan». Descubrió que «encima de que imponen el servicio» de florista solo se podía escoger entre unos pocos tipos de plantas y con un diseño predeterminado: «un ramo al pie del altar y dos encima», pero «ninguna posibilidad de elegir adornos en los bancos». Al hablar con el músico, recuerda que solo había opción de que la melodía fuera de órgano, «nada que ver» con la banda sonora que ella quería para su día. Por ello, decidió prescindir del organista y de las flores -«aunque al final aproveché las de la boda anterior», explica- y solo contrató al fotógrafo. También eligió a otro párroco.

DESFASE

«En la Colònia Güell están desfasados. ¿Cómo puedes decir a una pareja joven que o se casa con órgano o no hay música?», expone. Y se indigna al recordar que sus invitados no pudieron echar fotos en un marco incomparable «para no turbar el ambiente de seriedad y de oración». Dice que se casó allí por la riqueza arquitectónica de un entorno que no le dejaron disfrutar con su «intransigencia». Aun así, recuerda con ilusión la experiencia compartida con su familia y amigos que salvaron un día que no fue como había soñado.