Adiós, 'Costa Concordia'

Este lunes, los restos cadavéricos del Costa Concordia, cuyo hundimiento en el 2012 causó la muerte de 32 personas, serán reflotados, y a partir del próximo domingo comenzará la mayor procesión de navíos jamas organizada en el Mediterráneo. Será una marcha, a tres nudos de velocidad, con destino a Génova, donde el crucero de la sociedad estadounidense Carnival será finalmente desguazado. Las compañías aseguradoras y Carnival han desembolsado hasta hoy unos 1.100 millones de euros. El desmontaje costará otros 80.

Habrán transcurrido dos años y seis meses desde aquella noche de enero en que la nave conducida por Francesco Schettino chocó contra unas rocas marinas cerca de la isla de Giglio, frente a la región de la Toscana, impacto que desgarró parte del fondo de la bodega. El comandante, que calificó las rocas de «pequeño escollo», ordenó un inmediato viraje total con el fin de volver a la pequeña isla, donde el gigante de los mares, con 4.000 pasajeros a bordo, naufragó ladeado. La mayoría de viajeros abandonaron la nave. El único imputado por el desastre es el comandate Schettino, ya que el armador salió del proceso con una millonaria indemnización, escudándose en que el timonel no siguió sus órdenes y se acercó demasiado a la costa.

Desde entonces, la embarcación ha sido parcialmente reflotada y este lunes, si las condiciones meteorológicas lo permiten, lo será totalmente. Para hacerlo se han dispuesto 30 arcones que ahora están llenos de agua, y que a partir de este lunes, gracias a unos martillos neumáticos, vaciarán el líquido para sustituirlo por aire. En las últimas semanas se han realizado pruebas sobre cada uno de los gigantescos flotadores que mantienen erguida la nave y todas funcionaron, aunque un imprevisto siempre puede suceder. Si la operación sale como está previsto, el Costa Concordia iniciará el domingo su último crucero, de cuatro días de duración, hasta Génova.

El cortejo mortuorio

La escolta estará formada por 10 unidades navales. El crucero será arrastrado por dos remolcadores oceánicos, a los que seguirán otros dos para cubrir una eventual emergencia. Formando una especie de cordón sanitario en torno al navío viajarán varias lanchas costeras que mantendrán a televisiones, fotógrafos y curiosos a una distancia de tres millas navales. Al frente de todos irá una nave centinela, ya que en su viaje de 190 millas el lúgubre cortejo deberá cruzar lo que se conoce como el «santuario de los cetáceos», situado en el Alto Tirreno.

El visto bueno para la hora X, que dependerá de las condiciones de mar y viento, lo dará el Observatorio Ambiental. Toda la operación será supervisada segundo a segundo por Protección Civil en nombre del Estado. La elección de Génova como punto de desguace se debe a que es la dársena más cercana de las que estaban en condiciones de realizar la operación, que implica riesgos ambientales. Carnival sondeó a 30 puertos y presentaron candidaturas Turquía, Gran Bretaña, Noruega e Italia. Noruegos y británicos fueron descartados por estar demasiado lejos; Turquía, que hizo la oferta más barata (40 millones de euros), lo fue por no ofrecer garantías medioambientales.

En Italia se ofrecieron Piombino (80 millones), situado a pocas millas pero sin diques adecuados, y Civitavecchia (200 millones), con el mismo problema. Así que Carnival y las autoridades italianas eligieron Génova, donde fue botado el crucero en el 2005. El puerto de Liguria empleará a 700 personas de unas 50 empresas para el desguace, que costará 80 millones.