Extraditan a Rusia el líder de una banda mafiosa acusado de tres asesinatos

La detención de Zavyálov se ha producido en el marco de la operación Maruqa, llevada a cabo por la Guardia Civil en colaboración con la policía francesa

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La Audiencia Nacional ha accedido a extraditar a Rusia a Dmitry Zavyalov, presunto líder de un grupo mafioso, imputado por dos asesinatos consumados y uno en grado de tentativa y un delito de depósito de armas de guerra, municiones y explosivos, por el enorme arsenal que se intervino a esta banda en Moscú.

Zavyalov fue detenido por la Guardia Civil el pasado 16 de mayo en la Jonquera (Girona), junto a la frontera con Francia, en cumplimiento de una orden internacional de detención expedida por las autoridades rusas en 2010 para su enjuiciamiento "por delitos de homicidios dolosos y creación estable de una organización criminal armada", delitos que en Rusia "llevan aparejada una pena máxima de cadena perpetua".

Cuando compareció días después ante el juez, que ordenó su ingreso en prisión a la espera de que se resolviera la extradición, el reclamado se opuso a la entrega y ahora la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional considera que se cumplen todos los requisitos previstos en el Convenio de Extradición para acceder a ella.

No obstante, los magistrados -Guillermo Ruiz Polanco, Antonio Díaz Delgado y Clara Eugenia Bayarri (ponente)- piden a Rusia que garantice que la condena de cadena perpetua a la que se puede enfrentar por estos hechos no signifique "la pena privativa de libertad incondicional e invariable de por vida".

Según la reclamación de las autoridades rusas, recogida en la resolución de la Sala, Zavyalov cometió "actos de bandolerismo" al crear un grupo armado estable que éste dirigía "a los fines de agredir a ciudadanos".

La actividad de esta banda, prosigue el auto, "se distinguía por la minuciosa preparación y planificación de delitos y distribución de las funciones de sus participantes, por la estricta conspiración", al falsificar documentos para enmascarar su verdadera identidad y "por la disposición de los miembros de la banda de cometer cualesquiera delitos mostrando desprecio a los posibles castigos por los actos realizados".

Para cometer sus crímenes, la banda llegó a almacenar entre 2008 y 2009 y un ingente arsenal de armas, municiones y sustancias explosivas de cuya existencia y destino "todos los participantes estaban al tanto".

De este modo, "participando en la banda creada por él, Zavyalov cometió varios delitos graves y de especial gravedad". Entre esos delitos, la Sala relata cómo en junio de 2008, "actuando por encargo de una persona no identificada que les ofreció dinero", la banda planeó el asesinato de Kazakov V.O, al que tras vigilar sus costumbres, uno de los miembros del grupo le interceptó en agosto cuando llegaba con su coche a su domicilio y le disparó al menos catorce veces con una pistola-ametralladora K6-92 y para rematarle le asestó seis cuchilladas, causando la muerte en el lugar de los hechos.

En enero de 2009, los líderes de la banda recibieron un nuevo encargo para asesinar a Minalyán A.S. y el 6 de febrero, al bajarse la víctima de su coche, dos integrantes de la banda "armados con dos metralletas Kalashnikov realizaron nueve disparos contra él, causándole la muerte, mientras que la persona que le acompañaba, que también fue objeto de los tiros, "supo esconderse de los atacantes en su automóvil" y se salvó.

La detención de Zavyálov se produjo en el marco de la operación Maruqa, llevada a cabo por la Guardia Civil en colaboración con la policía francesa. Los agentes conocían la relación sentimental del presunto asesino con una mujer de su misma nacionalidad y con residencia en Francia, que había programado un viaje a España, posiblemente a la Costa Brava.

La Guardia Civil localizó un domicilio en esa zona, concretamente en el núcleo de Empuriabrava del municipio de Castelló d'Empúries, propiedad de la mujer. En esa vivienda se detectó la presencia de la pareja, junto a un menor, y, ante la alerta de extrema peligrosidad, los agentes establecieron una vigilancia discreta.

Cuando el ciudadano ruso abandonó el domicilio en dirección a Francia se procedió a su identificación en un control en La Jonquera, donde presentó un pasaporte ucraniano y una tarjeta de residencia belga presuntamente falsificada. Ante la sospecha de que la identidad fuese falsa, la Guardia Civil comprobó que sus huellas dactilares coincidían con las facilitadas por las autoridades rusas a través de Interpol, por lo que procedió a detenerle.