Abuelos en la universidad

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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Llevan años jubilados, gozan de buena salud y han vivido casi toda su vida "en el ejercicio de sus derechos y del consumo". Son una nueva generación de abuelos, "un nuevo perfil de gente mayor que no se identifican en absoluto como tales, que no participan de las actividades que se organizan para la gente mayor porque ellos no se lo consideran", reflexiona Sergi Arenas, profesor de Psicología y Envejecimiento en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). La aparición de estos nuevos abuelos y el peso social que están cobrando es tan reciente que "todavía no se les ha puesto ni un nombre para definirlos", señala Arenas.

Y como son personas que "pueden elegir cómo quieren envejecer, porque encima tienen cierta estabilidad económica", están irrumpiendo en esferas de la sociedad en las que hasta ahora la gente de su edad no estaba presente. "Viajan, practican deportes de cierto desgaste físico, son consumidores que quieren pasarlo bien y que se reivindican en lo público... Y también se ponen retos y quieren seguir aprendiendo cosas", destaca el psicólogo..

En los últimos años la presencia de personas mayores de 65 años que cursan estudios universitarios ha aumentado un 32% en Catalunya, según datos de la secretaría de Universitats de la Generalitat. La cifra no es espectacular -han pasado de 147 estudiantes en el curso 2012-2013 a 217 el 2014-2015, el último del que hay datos disponibles-, pero sirve como muestra para confirmar la tendencia. "Ir a la universidad representa para ellos una manera de mantenerse en contacto con gente joven, de luchar contra el aislamiento y, sobre todo, de adquirir conocimientos de actualidad", señala Arenas, que es también el coordinador de la Universitat a l'Abast de la UAB

"Suelen escoger carreras de Humanidades, como Historia, Filosofía o Arte, y lo hacen porque muchas veces ha representado una asignatura pendiente para ellos durante su vida laboral", apunta Arenas. Es el caso, por ejemplo, de Peter Engelun empresario barcelonés, que a los 80 años decidió liarse la manta a la cabeza y estudiar Arqueología en la Universitat de Barcelona (UB). O el de Llorenç Oliveresun abogado de Terrassa que cumple 87 años el 27 de diciembre y que anda metido de lleno con la carrera de Economía en la UAB.

"Son un colectivo todavía invisible, pero cada vez menos extraordinario", sentencia Sergi Arenas.