IRLANDA EUTANASIA

Absuelven a una irlandesa de ayudar supuestamente a una enferma a morir

Acusada de ayudar a una amiga que sufría esclerosis múltiple a viajar en 2011 a una clínica suiza para un suicidio asistido

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Una mujer irlandesa fue absuelta por un tribunal de Dublín tras ser acusada de ayudar a una amiga que sufría esclerosis múltiple a viajar en 2011 a una clínica suiza para un suicidio asistido, informaron fuentes judiciales.

Gail O'Rorke, dublinesa de 43 años y taxista de profesión, estaba acusada ante la Corte de lo Penal de la capital irlandesa de ayudar supuestamente a Bernadette Forde a reservar los billetes de avión y el ingreso en la clínica suiza Dignitas entre el 10 de marzo y el 20 de abril de 2011.

Forde no llegó a desplazarse a Suiza porque la agencia de viajes a través de la cual se hizo la gestión alertó a la Policía irlandesa (Garda) y la enferma murió en su casa de la capital el 6 de junio de ese mismo año tras ingerir una dosis letal de barbitúricos adquiridos en internet.

Este es el primer juicio de este tipo que se ha celebrado en la República de Irlanda tras la reforma de la legislación al respecto acometida en 1993, cuando el Gobierno despenalizó el suicidio, aunque mantuvo como delito la ayuda y asistencia al mismo.

A este respecto, la pasada semana este mismo tribunal también decidió absolver a O'Rorke por supuestamente ayudar y asistir a Forde en su suicidio al ocuparse de comprar en internet los citados medicamentos para su letal ingesta entre el 20 de abril y el 6 de junio de 2011.

Tampoco fue hallada culpable de ayudar a Forde a suicidarse por organizar su funeral antes de que se produjera su defunción, entre los días 4 y 6 de junio de 2011.

El juez instructor, Pat McCartan, destacó hoy la profesionalidad con la que han llevado el caso los representantes legales de ambas partes y la Garda y aseguró que "se ha hecho justicia".

En Irlanda, el suicidio asistido está prohibido por la llamada "Ley de Derecho Criminal (Suicidio)" de 1993, y está castigado con un máximo de 14 años de cárcel a quien "ayude, instigue, aconseje o procure" un suicidio asistido.

En virtud de esa ley, el Tribunal Supremo irlandés rechazó en abril de 2013 un recurso de apelación presentado por una mujer que se encontraba en estado terminal con esclerosis múltiple, a la que se había denegado el derecho a recibir ayuda de su marido en un suicidio asistido.

Marie Fleming, quien falleció ocho meses después a los 59 años, había apelado ante el Supremo después de que un tribunal inferior irlandés le denegase el derecho a que su marido, Tom Curran, le ayudara a quitarse la vida.