321.000 catalanes tienen problemas para comer cada día

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Al menos 321.000 personas sufren deficiencias de alimentación básica en Catalunya y, pese a la mejora de las tasas de desempleo, el empobrecimiento de gran parte de este colectivo empeorará aún más en los próximos años, alertaron ayer la Taula del Tercer Sector Social, Cáritas, Cruz Roja y el Banc dels Aliments, en la presentación del dossier 'Dignificar y defender el derecho a la alimentación'. Esta previsión, ha subrayado el coordinador de Cruz Roja en Catalunya, Enric Morist, es consecuencia del hecho de que, aunque el paro se reduce en términos generales, "hay un 16% de nuevos empleos precarios, con unos ingresos de apenas 8.000 euros anuales. Y eso está provocando la aparición de la figura del trabajador pobre".

Para la presidenta de la Taula del Tercer Sector Social, Àngels Guiteras, las necesidades de alimentación en Catalunya, que han obligado a las entidades sociales a ampliar servicios de ayuda que veían más propios de territorios menos desarrollados, han generado una situación "inaudita". La paradoja es que, mientras unos se debaten cada día para poder alimentar a sus familias, la sociedad catalana despilfarra "unas 750.000 toneladas de comida al año, unos 100 kilos por persona", ha agregado Morist.

Un 20% de la población catalana se encuentra en el paro y 223.000 hogares tienen ahora mismo a todos los miembros en el paro. "Son familias en las que viven unos 400.000 niños, un 15% de los menores que hay en Cayalunya", ha denunciado Morist. De esos 223.000 hogares con adultos desempleados, en torno a 100.000 no reciben ningún tipo de prestación.

La cuestión, según han agregado todos los agentes participantes en la presentación del informe, pasa por dignificar las condiciones de las personas usuarias de los servicios alimentarios. Para la presidenta de Cáritas en Catalunya, Carme Borbonès, se trata de volver a situar a las personas en el centro de la atención social, y no a los alimentos, a la vez que ha urgido políticas sociales inclusivas que aumenten las posibilidades de trabajo. Para Josep Marquès, presidente de Cruz Roja, es necesario estrechar lazos en la red público-privada para ayudar a personas excluidas del crecimiento económico de los próximos tiempos.