INSÓLITO MÉTODO DELICTIVO

Un ladrón muy retorcido

DE PELÍCULA 3 Arriba, fotograma de 'El robo más grande jamás contado', filme en el que Javier Aller (segundo por la izquierda) interpreta a un ladrón que usa el mismo método. Junto a estas líneas, la maleta en la que los Mossos hallaron al contorsion

DE PELÍCULA 3 Arriba, fotograma de 'El robo más grande jamás contado', filme en el que Javier Aller (segundo por la izquierda) interpreta a un ladrón que usa el mismo método. Junto a estas líneas, la maleta en la que los Mossos hallaron al contorsion

JOSEP SAURÍ
BARCELONA

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Si al subir o bajarse de un autobús ve a alguien hablando con una maleta, no se fíe. Y es que hay cosas que se diría que solo pasan en las películas, pero...

Hacía tiempo que en los autobuses que unen el aeropuerto de Girona con Barcelona ocurrían cosas raras. La empresa Barcelona Bus había recibido hasta cinco quejas por sustracciones de objetos de valor de los equipajes que podían haberse producido durante el trayecto. A una de esas víctimas, el pasado mes de mayo, le había llamado la atención un pasajero al que se veía nervioso cuando esperaba para recoger su maleta y que cuando se alejaba daba la impresión de que hablaba con ella. Le pareció simplemente curioso hasta que descubrió que en la suya faltaba un ordenador portátil.

Una linterna y un punzón

El misterioso caso del ladrón dentro de una maleta se convirtió así en leyenda urbana y motivo de cierto cachondeo entre los empleados de la empresa. Hasta el pasado viernes, cuando uno de ellos vio que un hombre tenía dificultades para meter una pesada maleta en la bodega del autobús y avisó a los Mossos.

Los agentes tocaron la maleta y notaron que estaba caliente. Al abrirla, hallaron a un hombre sudoroso a quien no se le ocurrió otra excusa mejor que decir que no tenía dinero para pagar el billete. Llevaba una linterna frontal, una especie de punzón metálico para abrir cremalleras y candados y una pequeña mochila vacía, y tenía un teléfono móvil en la mano. Los mossos le detuvieron, claro, y también a su cómplice, que ya se había subido al autobús. Se trata de Krzysztof Grzegorz M., de 29 años y con antecedentes, y de Jouoastaw K., de 31, ambos de nacionalidad polaca.

La cosa iba así: uno de ellos compraba un billete de autobús para viajar del aeropuerto a la estación del Nord de Barcelona, la primera parada del recorrido, y dejaba la maleta con su socio dentro en la bodega. Una vez el autobús se ponía en marcha, este tenía 90 minutos para salir de su escondrijo, abrir los otros equipajes, meter en su mochila los objetos de valor que encontraba -sobre todo aparatos electrónicos-, dejarlo todo aparentemente tal como estaba y volverse a esconder. Una vez el autobús llegaba a la estación del Nord, su compinche -con quien se comunicaba por el móvil- recogía el equipaje y listos. «Lo tenían muy bien estudiado», dijo a ACN José Luis Martínez, jefe de tráfico de Barcelona Bus. «Son bodegas muy grandes, sin muchos travesaños, por donde podía moverse perfectamente», añadió.

Los detenidos pasaron a disposición del juzgado de guardia de Santa Coloma de Farners (Selva), como presuntos autores del hurto de un ordenador portátil y un GPS, denunciado el pasado 12 de mayo. Ahora les toca a los Mossos d'Esquadra localizar a otras posibles víctimas, lo que no resulta tan fácil como parece. Los pasajeros no descubrían que les habían robado hasta que llegaban a su destino final, y como apunta el sargento de los Mossos del aeropuerto, Josep Maria Mossoll, «el último lugar donde la gente sospecha que puede haberse producido la sustracción es el autobús».

Como Pinito, pero más alto

También se investiga la posibilidad de que los ladrones actuaran en otras líneas. La policía cree que en los autobuses del aeropuerto de Girona lo hacían solo una vez por semana, para no levantar

sospechas.

El caso tiene sus referentes cinematográficos, cierto. Pero la realidad es más meritoria si cabe. Y es que el carrito en el que se mete Yen (Shaobo Qin), el contorsionista chino de Ocean's Eleven (Steven Soderbergh, 2001), es sin duda más grande que una maleta de 90x50. Lo de El robo más grande jamás contado (Daniel Monzón, 2002) sí viene a ser lo mismo, aunque en versión aérea. Pero Pinito, el ladrón interpretado por Javier Aller que se introduce dentro de una maleta en las bodegas de los aviones, es un enano de circo, mientras que el detenido en Girona -para sorpresa de los Mossos, que esperaban encontrarse con un menor- roza el 1,80 de altura. No se sabe si tiene experiencia circense, pero indiscutiblemente es un portento.