EN LA SERRA DEL TALLAT

Un juez de Lleida ordena desmantelar un parque eólico de 45 molinos

El Ayuntamiento de Vallbona de les Monges tendrá que replantar la vegetación en la zona

EFE / Lleida

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un juez de lo contencioso-administrativo de Lleida ha estimado un recurso de la entidad ecologista Ipcena y otros demandantes contra el Ayuntamiento de Vallbona de les Monges y ha ordenado la retirada de los cerca de 45 molinos que conforman el parque eólico de la Serra del Tallat.

En la sentencia, con fecha del pasado tres de mayo, el juez establece que, tal y como argumentaban los demandantes, la licencia de obras para la construcción del parque eólico es nula de pleno derecho, ya que fue otorgada sin que hubiera previamente un plan general municipal que estableciese una reserva de suelo para tal fin.

Los demandantes recurrieron inicialmente contra el consistorio por haber otorgado dicha licencia, pero éste no hizo caso a sus quejas alegando que el procedimiento seguido para su otorgamiento se ajustaba al pleno derecho.

Impacto paisajístico

Sin embargo, el juez leridano señala en su sentencia que al no contar el consistorio con un plan general, la licencia de obras para la construcción del parque carece de cobertura jurídica. Es por ello que estima la demanda y ordena la demolición de los molinos y la replantación de la vegetación de la zona afectada.

"La tolerancia en esta materia conduce a una inaceptable situación de hechos consumados consistente en que, sin mediar cobertura normativa alguna y al amparo de meras licencias y autorizaciones administrativas, se implemente, ni más ni menos, que sistemas generales como el que nos ocupa, con el impacto, como mínimo, paisajístico que los mismos comportan", concluye el juez.

Ipcena se ha mostrado muy satisfecha con esta nueva sentencia favorable en esta materia, ya que en enero de 2009 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) declaró ilegales dos parques eólicos, los de Vilobí y el Tallat, exigiendo que este tipo de infraestructuras fueran compatibles con el planeamiento urbanístico de la zona.