NUEVA LEGISLACIÓN

La ciudadanía vaticana ya no se concederá automáticamente a todos los residentes

Entre los ciudadanos se cuentan el Papa, 73 cardenales, 273 diplomáticos de la Santa Sede y el centenar de miembros de la Guardia Suiza

Los miembros de la guardia suiza son ciudadanos del Estado Vaticano.

Los miembros de la guardia suiza son ciudadanos del Estado Vaticano. / periodico

EFE

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La ciudadanía vaticana ya no se concederá automáticamente a todos los que residen en el Vaticano, sino que se deberá pedir y se otorgará una vez estudiada la solicitud, según la nueva ley sobre ciudadanía del pequeño estado, que ha entrado en vigor. La Ley sobre la Ciudadanía, la Residencia y el Acceso a la Ciudad del Vaticano fue promulgada el pasado 22 de febrero por el papa Benedicto XVI y sustituye a la que estaba en vigor desde 1929, cuando se firmaron los Pactos Lateranenses que dieron lugar al estado más pequeño del mundo.

Hasta ahora, quien residía en el Vaticano era también ciudadano vaticano y con la nueva ley, según precisa el diario vaticanoL'Osservatore Romano, se ha adecuado la normativa a las nuevas situaciones, teniendo en cuenta los "profundos cambios que se han producido desde 1929 a la fecha". La nueva ley establece que la ciudadanía no se concede de manera automática y que son ciudadanos del Estado de la Ciudad del Vaticano los cardenales residentes en el pequeño estado o en Roma y las personas que residen en el estado por motivo del cargo o del servicio que desarrollan.

El papa y en su nombre el cardenal gobernador de la Ciudad del Vaticano puede conceder la ciudadanía, además de a purpurados y personal especial, a todos aquellos que lo soliciten y a los cónyugues e hijos de los ciudadanos que ya lo son y viven en el estado y solicitan la ciudadanía para esos familiares.

Una población de 793 personas

La normativa también regula los permisos de entrada, aunque, según precisó el viceportavoz vaticano, Ciro Benedittini, una gran parte de las 44 hectáreas del estado es accesible: la basílica de San Pedro, la plaza de San Pedro y los Museos Vaticanos.

El estado de la Ciudad del Vaticano está enclavado en la ciudad de Roma, a la derecha del río Tíber. Tiene una superficie de 440.000 metros cuadrados, de los cuales 260.000 están edificados, su longitud máxima es de 1.045 metros y su anchura de 850. Su población está compuesta por 793 personas, de las que 572 son ciudadanos y 221 sólo residentes.

Entre los ciudadanos se encuentran el papa Benedicto XVI, 73 cardenales, 273 diplomáticos de la Santa Sede y el centenar de miembros de la Guardia Suiza.

Emite sellos y moneda propia (sólo metálica, euros) y cuenta con todos los servicios propios de un Estado, como central telegráfica, estación de radio (Radio Vaticano) y ferrocarril (conectado con los ferrocarriles italianos). Además, puede disponer, en base de la Convención de Barcelona de 1921, de una flota marítima con bandera propia. El pontífice es el soberano absoluto que mantiene para sí los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, que en caso de fallecimiento pasan al Colegio Cardenalicio hasta el nombramiento del sucesor.