EL DEBATE SOBRE EL TRÁFICO

La Generalitat propone elevar el límite de velocidad en las autopistas a 130 km/h y la DGT se opone

ANTONIO BAQUERO / CRISTINA BUESA. Barcelona / Córdoba

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De los 80 a los 130. Elconsellerde Interior, Felip Puig, ha abierto de nuevo la caja de los truenos de la velocidad. Puig ha defendido que en ciertos tramos de las autopistas catalanas donde actualmente el límite está en 120 km/h se aumente a 130. A pesar de que debería contar con el difícil beneplácito del Ministerio del Interior, el Govern estudia esta modificación al alza. Al mismo tiempo, el titular del departamento responsable del tráfico se marcó ayer como objetivo para esta legislatura reducir el número de víctimas en la carretera un 20%, una cuadratura del círculo que tacharon de incompatible tanto desde la Dirección General de Tráfico como los expertos en movilidad, técnicos y asociaciones de víctimas.

Fuentes de Interior señalaron a este diario que la iniciativa está en una fase de estudio preliminar pero que se podría poner en práctica en tramos como el de la AP-2 entre el peaje de El Vendrell (Baix Penedès) y Lleida, de trazado suave y baja densidad de tráfico. "Mezclar política y seguridad vial es un error que se paga caro", zanjó el experto en movilidad Alfons Perona. Tanto Perona como el resto de conocedores de esta realidad a los que pidió su opinión EL PERIÓDICO coincidieron: a más velocidad más riesgo de accidente y, en caso de siniestro, lesiones más graves. La experiencia en todos los países que han modificado la velocidad al alza es que las muertes han subido, añadió el director general de Tráfico, Pere Navarro.

En la comparecencia de Puig en el Parlament, la oposición ya le había acusado de "promover la cultura de la velocidad". "Usted debería ser el primero, y por desgracia es el último, en tratar de convencer a los conductores de que moderen la velocidad", le recriminó el representante de ERC Oriol Amorós. Más agresivo aún fue el diputado de ICV-EUiA Jaume Bosch, que acusó a Puig de "estar destruyendo la cultura que establecía que ir deprisa era una actitud temeraria al volante".

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