PROCESO JUDICIAL

Investigada una empresa de Barcelona por presunto comercio ilegal de mariposas protegidas

J. G. ALBALAT / Barcelona

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Un juzgado de Barcelona está investigando a una empresa radicada en la capital catalana por la presunta comercialización ilegal de mariposas amenazadas y protegidas. Un miembro del Cos d'Agentes Rurals de la Generalitat descubrió el año pasado que desde una página de internet la firma La Lepidoteca ofrecía especies de esas características y otros invertebrados, como escarabajos. El funcionario lanzó el anzuelo y los responsables del negocio picaron. Le vendieron dos ejemplares de mariposa del género Troides.

La unidad especializada de fauna del Cos d'Agents Rurals comenzó las pesquisas. En la entrada y registro de la vivienda donde está la compañía, en la Gran Vía, se incautaron de unos 450 animales disecados, muchos metidos en sobres de correo, en cajas o guardados en vitrinas. Un juzgado ha tomado declaración como imputada a la administradora del negocio, en una acción nada habitual porque llegan pocos asuntos de este tipo ante la justicia. Fuentes cercanas a la acusadas defendieron que la actividad que desarrolla es totalmente legal y que las especies protegidas confiscadas provienen de una herencia y no están a la venta.

Según los informes policiales, muchos de estos animales han sido introducidos en España de manera "fraudulenta", a través del correo. La empresa investigada tiene clientes en toda España y los precios de los ejemplares no es excesivo (una mariposa Parnassius vale 25 euros y una pareja de escarabajos ciervo volante, 150 euros). "No es cuestión de dinero, sino que se trata de insectos protegidos", replica una agente. El fiscal Miguel Ángel Pérez de Gregorio está impulsando el proceso.

El Código Penal castiga con la pena de cuatro meses a dos años de prisión, más multa e inhabilitación a las personas que comercializan o trafican con especies de fauna amenazadas o con sus restos. El Cos d'Agents Rurals de Catalunya considera que la administradora de la empresa La Lepidoteca podría haber cometido ese delito. La empresa se dedica desde hace años a la distribución al mayor y al menor y a la venta directa a través de catálogo o de internet de insectos disecados.