La situación política

Los grandes partidos, contrarios a la legalización de la eutanasia

RAFA JULVE
BARCELONA

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A favor o en contra, de la eutanasia habla todo el mundo, y el maremágnum de opiniones que genera se traslada también a la esfera política. El PSOE se comprometió a estudiar el tema en su programa electoral del 2004, pero el Gobierno socialista ya ha dejado claro que no prevé regularlo en la futura ley sobre cuidados paliativos y muerte digna. El PSC, por su parte, asegura que España no puede legislarlo hasta que no exista un consenso político y social amplio, y destaca que en Catalunya, con el testamento vital, se ha avanzado mucho solo aplicando el plan de cuidados paliativos y acompañamiento a la muerte. El PP rechaza de plano legalizar el suicidio asistido. CiU también se opone y defiende el testamento vital catalán. Solo ERC e ICV-EUiA se muestran claramente partidarias de regular el suicidio asistido.

En marzo del año pasado, el grupo parlamentario de Esquerra Republicana-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds presentó en el Congreso una moción sobre «la regulación del derecho a decidir sobre la propia vida». El documento dio pie a una votación de dos puntos, uno sobre la constitución de una comisión para debatir el tema y otro en el que se instaba a la presentación de un proyecto de ley sobre la regulación de la eutanasia. Además del grupo que presentó el texto, solo lo refrendaron Nafarroa Bai y el Bloque Nacionalista Galego. El PSOE, el PP y CiU votaron en contra.

CONTRA LA MUERTE EXPLÍCITA / El diputado de la federación nacionalista Jordi Xuclà justificó su negativa en que el debate no estaba bien planteado y era «parcial y maniqueo». Ayer, su correligionario en el Parlament Jordi Turull fue preguntado por este diario tras la noticia del suicidio asistido de un anciano barcelonés en Suiza, relatado por su hija a EL PERIÓDICO. «Nosotros estamos a favor de la muerte digna con cuidados paliativos y con el respeto al testamento vital. Lo que no aprobamos es que se busque la muerte explícita; ese no es el camino», defendió Tu-

rull. «No es el momento de abrir un debate sobre la eutanasia activa porque hay que incidir en otros mecanismos médicos y científicos para facilitar una muerte digna. Este es un tema hipersensible; no se puede frivolizar», añadió.

La socialista yexconsellerade Salut Marina Geli, por su parte, aseguró que «no hay ninguna necesidad imperiosa» de legislar la eutanasia activa («que tampoco es que esté regulada en muchos países»). Geli manifestó que Catalunya es pionera con el plan de cuidados paliativos y acompañamiento a la muerte, que sirve incluso de referencia para la Organización Mundial de la Salud. «Aquí hemos optado por la vía de la confianza mutua [entre médicos, pacientes y familiares], que ha funcionado muy bien y se ha convertido en un modelo de éxito», agregó.

DEMANDA SOCIAL / La diputada del PPC Eva García también consideró que mecanismos como el testamento vital «funcionan perfectamente» y «no hay ninguna demanda social a favor de la legislación». La portavoz de ICV-EUiA en el Parlament, Dolors Camats, no opinó lo mismo y afirmó que hay que ir «más allá» del testamento vital «para que cada persona pueda gobernar el proceso hacia la muerte». El diputado de ERC en el Congreso Joan Tardà coincidió con esta tesis y con la de la asociación Dret a Morir Dignament, y aseveró que «el Estado no puede lavarse las manos y dejar este tema bajo la responsabilidad de los médicos y de las familias, que están faltos de apoyo legal».