Una disciplina en auge

Educación y mundo laboral piden un impulso formativo de la expresión oral

Varios alumnos levantan la mano para hablar en una escuela de educación infantil y primaria de Berlín, la semana pasada.

Varios alumnos levantan la mano para hablar en una escuela de educación infantil y primaria de Berlín, la semana pasada.

RAFA JULVE / Barcelona

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Dice el Informe PISA que los estudiantes catalanes progresan adecuadamente en comprensión lectora, que aún hay por el mundo escolares que entienden lo que leen mejor que ellos, pero que van por buen camino. Lo que no indica el análisis de la OCDE, más que nada porque no ha sido evaluado, es el nivel que atesora nuestro alumnado en una faceta que puede considerarse hermana de la primera: la expresión oral. Esta rama de la comunicación, aseguran los expertos, ha empezado a recibir más atención en los últimos años, aunque España sigue muy lejos de otros países y necesita mejorar con un mayor impulso tanto en el ámbito académico como en el laboral.

Tomaremos como punto de partida la relación entre ambas disciplinas a partir de la contundente afirmación que ofrece Montserrat Vilà, profesora del departamento de Filología Catalana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). «Sin una buena comprensión lectora es casi imposible que haya una buena expresión oral. Las personas con hábitos de lectura integran un vocabulario más rico en su comunicación verbal», afirma esta docente, que imparte clases de lengua oral a los futuros maestros.

ASIGNATURAS ESPECÍFICAS / «La expresión oral es ahora más importante que nunca, porque cada vez está más presente en todos los ámbitos de la sociedad», prosigue Vilà. Cómo no, el de la enseñanza es uno de esos espacios, y parece ser que muchos centros educativos catalanes se han dado cuenta de ello. Las universidades, por ejemplo. Según esta profesora de la UAB, «en gran parte de ellas se atiende la oralidad mucho mejor que hace 15 años. Los estudiantes de Educación [docentes potenciales] tienen asignaturas específicas en las que se les enseña a expresarse correctamente. Aprenden estrategias retóricas para captar la atención del alumno, para hacerse entender, para remarcar su autoridad...», mecanismos que deberían convivir en las aulas con otras fórmulas de aprendizaje de la oratoria destinadas a los escolares. Porque cierto es que hay escuelas que hacen exposiciones y debates, pero los expertos piden una mayor apuesta por estas actividades; no solo organizándolas y punto, sino enseñando a argumentar, a reflexionar y a usar uno u otro registro según la conversación.

Sobre todo, porque se ha producido un fenómeno que aún hace más acuciante la formación en este aspecto. La llegada de miles de inmigrantes ha requerido que tanto maestros como compañeros autóctonos hayan tenido que esforzarse más para comunicarse con unos discursos bien estructurados con el fin de facilitar la comprensión de los recién llegados. Hasta el punto de que la Generalitat ha potenciado y adecuado el Plan de Inmersión Lingüística, «un programa que, entre otras cosas, asesora a los docentes sobre cómo tienen que explicarse en clase y que les ayuda a plantear una serie de situaciones que obliguen a emplear la lengua oral», resume la jefa de estudios de una escuela de Santa Coloma de Gramenet que participa en esta iniciativa. «Queremos que los alumnos hablen más para que hablen mejor», proclama.

ABOGADOS EN PRÁCTICAS / ¿Y los abogados? ¿También se han puesto las pilas en este sentido teniendo en cuenta que necesitan casi como nadie el don de la palabra? En la carrera de Derecho no hay asignaturas de esta índole. «Solo algunos profesores hacen los exámenes orales ante un tribunal en los que el alumno debe exponer un tema ante tres docentes y el resto de compañeros. No obstante, en noviembre del 2011 entrará en vigor una norma que incorpora dos años de prácticas que prevén ejercicios para trabajar la expresión oral, porque es una herramienta cada vez más importante», comenta Diego Callejón, presidente del Grup d'Advocats Joves de Barcelona.

Vista la relevancia que está tomando la disciplina, esta asociación organiza desde hace cinco años cursillos de expresión oral para los letrados. Abogados, profesores de oratoria, psicólogos e incluso profesores de teatro han enseñando a más de 1.000 personas algunas claves de la comunicación verbal.

También la patronal Pimec ha optado por incorporar este tipo de clases para empresarios y empleados, que se suman a las entrevistas de trabajo que el organismo ofrece como servicio a las compañías afiliadas. En estas entrevistas, constata Miquel Roselló, miembro del departamento de consultoría de recursos humanos de la entidad, queda patente que los aspirantes que tienen una formación integral, los que demuestran un alto nivel de comprensión lectora, son generalmente quienes manifiestan una mayor desenvoltura en un diálogo.