MEDIOAMBIENTE

Un cactus de Tejas amenaza la flora y la fauna del Maresme

Una colonia del cactus invasor 'Cylindropuntia tunicata' en las cercanías de Argentona.

Una colonia del cactus invasor 'Cylindropuntia tunicata' en las cercanías de Argentona.

FEDE CEDÓ
MATARÓ

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Las laderas de Sant Jaume de Traià, en Argentona (Maresme), con unas inmejorables vistas sobre Mataró, se han convertido en el principal foco de propagación de una exótica especie vegetal invasora, la Cylindropuntia tunicata, también llamada Opuntia tunicata, una variedad de cactus originaria de Tejas (EEUU) que se expande con facilidad y que preocupa a los expertos, ya que pone en peligro la vegetación y la fauna locales. Los sistemas empleados hasta el momento para su extinción, incluido el fuego, no han dado resultado.

A distancia, el cactus invasor otorga al paisaje un atractivo e inofensivo aspecto blanquecino muy acorde con la temporada invernal. Pero observado más de cerca, su apariencia es desafiante y agresiva, con cientos de afiladas espinas, de unos cinco centímetros de longitud, de una extrema dureza y con la particularidad de que pueden clavarse longitudinalmente. «Tiene un diseño de defensa casi perfecto», desveló Oriol Bassa, ingeniero de montes de la Federación de Agrupaciones de Defensa Forestal del Maresme.

PECULIARIDAD / Según el experto, «se reproduce de forma vegetativa», es decir, sin necesidad de simiente, a través de su tallo, «cuando por su propio peso toca el suelo o es arrastrado por un animal». Tal es la peculiaridad de la nueva planta invasora que a los ingenieros locales les han pedido informes del Cylindropuntia varias universidades para estudiar sus capacidades.

Lo que en Argentona empezó como una anécdota, ha pasado a fase de alerta cuando esta especie cactácea, popularmente conocida como abrojo en castellano, clavellina en catalán o coyonoxtle en México, se ha expandido hasta cubrir más de 10.000 metros cuadrados (una hectárea) en menos de cinco años, solo en Argentona.

ERRADICACIÓN NO PRIORITARIA / «Podría llegar a duplicar la superficie que ocupa ahora en los próximos diez años -apunta Bassa- si se mantienen las condiciones ambientales favorables», igual que ya ha sucedido en otros puntos de la geografía española como Albacete, Alicante y Toledo, donde se ha convertido en un problema forestal.

En Catalunya, sin embargo, para el departamento de Medi Ambient de la Generalitat detener la propagación del cactus invasor no es una prioridad, ya que donde ha sido detectado «no es una zona protegida», apuntan fuentes de la conselleria, que ya han analizado las actas de los agentes rurales en este sentido. Las mismas fuentes mantienen que el departamento está inmerso en otras erradicaciones más urgentes como la del diente de león y la de la pita, especies más agresivas y extendidas, aunque sin obviar la alerta recibida desde el Maresme.

NI CON QUEMAS CONTROLADAS / La expansión del cactus en la comarca litoral es imparable y ya se detectan nuevos núcleos en Alella, Teià y Premià de Dalt, así como en Cabrils, además de los ya conocidos de Argentona y Mataró. De momento, todos los intentos de eliminación, incluidas las quemas controladas, no han dado resultado y «solo una actuación natural», según Oriol Bassa, podría acabar con la especie.

Los expertos también apuntan que, al tratarse de una planta que precisa de luz solar para su reproducción, «se deberían plantar árboles sombríos, del tipo pino piñonero», que evitasen su expansión.