La influencia digital

La boca en el teclado

Influencia en le verbo 8Un internauta chatea a través de Messenger.

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R. J.
BARCELONA

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«Con eso de internet, lo de hablar bien en público tampoco es que sea muy importante. Al fin y al cabo, los jóvenes se pasan el día enganchados al ordenador y se relacionan cada vez más a través del Messenger, el Facebook y cosas de ese estilo», podría pensar el padre de cualquier adolescente. Pero estaría equivocado, porque «los textos de los chats y de las redes sociales no son más que una forma de expresión oral por escrito», tanto por el registro lingüístico empleado y la estructura de las frases como por la inmediatez y la interactividad, argumenta Montserrat Vilà, profesora de Filología Catalana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelona.

La eclosión de las (no tan) nuevas tecnologías ha ampliado el campo de actuación del mundo educativo en torno a la comunicación verbal y a la comprensión lectora; hasta el punto de que en este segundo apartado, la OCDE ha decidido incluir en las pruebas del Informe PISA un ejercicio de lectura electrónica. Con esta evaluación, cuyos resultados se conocerán en la primavera del 2012, se pretende descubrir si los estudiantes entienden mejor que en el soporte tradicional de papel lo que leen en formato digital.

Chats, foros y debates

Como era previsible, los responsables del informe han detectado que las principales acciones que efectúan ante el ordenador los chavales de 15 años son chatear, leer e-mails y participar en debates y foros. Es decir, mucha «expresión oral por escrito», que diría Vilà, quien aprovecha para aconsejar a los centros educativos que empleen la digitalización de las aulas «como una herramienta de ayuda y no como una finalidad en sí misma».

Aunque ojo, añaden los expertos. La red ha descerrajado nuevas puertas para la comunicación, pero estas también se han abierto de par en par a un tipo de lenguaje que la escuela debería hacer lo posible por desterrar. «Hay una serie de referentes en la actualidad que a lo único que contribuyen es a empobrecer el vocabulario», advierte la jefa de estudios de una escuela de Santa Coloma de Gramenet, que además de internet mete en este saco ciertos programas y personajes televisivos.

Sea como fuere, la solución pasa por donde pasa siempre en estos casos, por trabajar con los alumnos y enseñarles las fórmulas adecuadas. Sobre todo, porque la progresión de internet es imparable. Y el siguiente es un ejemplo de ello: «En los últimos años, en las entrevistas de trabajo hemos notado que la gente habla de forma más directa, sin rodeos, como en los SMS y el Facebook. Lo que no es bueno ni malo. Solo es una demostración de que la gente se adapta a las necesidades y las realidades sociales». Lo pone Miquel Roselló, miembro del departamento de consultoría de recursos humanos de la patronal Pimec, un área que efectúa entre 20 y 30 entrevistas al mes a todo tipo de candidatos: de aspirantes a directivos a mecánicos, pasando por químicos y administrativos.