TRIBUNALES

Revocada la demolición de una planta de purines en Osona

La comarca ve bien la decisión del TSJC dado que 140 granjas usan la instalación

La planta de purines de Santa Maria de Corcó, en la comarca de Osona, ayer.

La planta de purines de Santa Maria de Corcó, en la comarca de Osona, ayer.

PERE PRATDESABA
SANTA MARIA DE CORCÓ

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El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha dictaminado que la planta de purines de Santa Maria de Corcó (Osona) no debe ser derribada. La resolución considera que el equipamiento ya no incurre en las ilegalidades urbanísticas por las que una sentencia de junio del 2006 ordenó su demolición. La decisión ha tranquilizado al sector ganadero de la zona, a la Generalitat y al ayuntamiento de la localidad.

La primera sentencia se dictó a raíz de una demanda judicial contra el Govern y el consistorio, presentada en 1998 por tres propietarios de terrenos cercanos. Denunciaban irregularidades administrativas: la planta solo tenía 36.000 metros cuadrados de los 45.000 necesarios para la parcelación de fincas rústicas y estaba a menos de 2.000 metros del núcleo de población más cercano.

La orden de derribo encendió todas las alarmas dado que la comarca tiene un excedente importante de purines. La medida podría afectar gravemente la continuidad de 140 granjas usuarias de la planta. Por otra parte, en caso de ejecutarse la resolución judicial, el grupo Guascor, propietario de la planta, habría podido reclamar al ayuntamiento y a la Generalitat la suma de 12 millones de euros.

Ahora, el Tribunal estima que las irregularidades ya no existen. Por un lado, Guascor compró un terreno adyacente que le permitió alcanzar los 45.000 metros necesarios. Por otro, Catalunya ha incorporado recientemente una nueva normativa ambiental, basada en una directiva europea, que no fija distancias de seguridad para estas instalaciones porque existe tecnología suficiente para implantar medidas correctoras para que no afecten a los vecinos. La nueva sentencia también fija una indemnización de 297.480 euros para los vecinos que se vieron afectados.

Tanto la Generalitat como del Ayuntamiento de Santa Maria de Corcó recibieron la decisión con una gran satisfacción. Quienes tampoco han escondido su alegría son los ganaderos. «Nos han quitado un gran peso de encima. Al final, ha imperado el sentido común», explica Eudald Sentmartí, representante de Unió de Pagesos y uno de los usuarios de la planta.