La desmotivación ciudadana

La sombra de la gripe A socava la confianza en la vacuna estacional

Un vecino del distrito barcelonés de Les Corts recibe la vacuna de la gripe en su CAP, el pasado octubre.

Un vecino del distrito barcelonés de Les Corts recibe la vacuna de la gripe en su CAP, el pasado octubre.

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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La fidelidad hacia la vacuna de la gripe que durante años mantuvieron los cerca de 900.000 ciudadanos de Catalunya que cada otoño solicitaban el fármaco a su médico parece haber quedado erosionada por la pandemia gripal del 2009. La desconfianza que causó la vacuna contra la gripe A -apenas se protegió el 10% de la población convocada- podría haber contaminado la confianza pública hacia el tradicional preventivo, lo que explicaría la reticencia con que la población a la que se ha propuesto el fármaco este otoño está respondiendo a la llamada.

Apenas el 60% de los citados habían ido a vacunarse hasta el pasado viernes. «El ritmo de vacunación antigripal está siendo más lento que en la temporada pasada», indicó Carme Cabezas, subdirectora de Promoció de la Salut, que cifró en un críptico «5% relativo menos» el descenso del número total de vacunas administradas. Lo habitual es que al llegar diciembre estén protegidos cerca del 80% de los individuos convocados, población vulnerable para la que una gripe supone un grave problema de salud. A la vista de tan escasa respuesta, la Conselleria de Salut ha decidido mantener activa, de forma excepcional, la campaña de vacunación que debía haber concluido el pasado 30 de noviembre.

PLAZOS DE INMUNIDAD / Los expertos en vacunología son partidarios de proteger contra la gripe antes de que llegue el frío intenso, y por esa razón las campañas de vacunación se suelen concentrar entre septiembre y octubre. De esa forma, explican, se da tiempo a que los vacunados adquieran inmunidad frente a los virus de los que se quieren proteger, antes de que la gripe alcance su máxima difusión. Las vacunas antigripales tardan unos 15 días en incorporarse al sistema inmunológico del receptor y, de cumplirse la pauta histórica que siguen los virus de la gripe, la epidemia anual se iniciará en España hacia Navidad. Así, quienes se vacunen en las próximas semanas podrían no estar completamente a salvo cuando la infección respiratoria empiece a adquirir dimensiones masivas.

Los centros de asistencia primaria (CAP) que controlan la difusión de la gripe informaron la semana pasada de la detección en el aire de virus gripales, entre ellos, de algún A/H1N1, ya incorporado a la nueva vacuna. Los síndromes gripales afectaron durante esos días a 46 de cada 100.000 ciudadanos de Catalunya, informó Salut. La población más afectada está siendo, como es habitual, la de los menores de 14 años. Las epidemias invernales las empiezan los bebés, que sufren fiebres altas a causa del virus sincitial, y de ellos pasan a los adultos en forma de gripe, explican los pediatras.

RESPETO / Las primeras semanas del año suelen ser las de mayor demanda de visitas médicas domiciliarias y las de más afluencia a los CAP. Quienes se han vacunado adquieren una protección próxima al 74% (tienen un 26% de posibilidades de sufrirla). Y de entre quienes se han inoculado pero no logran eludir el contagio, este transcurre con una potencia atenuada, aseguran los médicos. «La mortalidad causada por la gripe baja drásticamente entre la población vacunada», explican los técnicos de Salut.

Aunque las muertes por gripe no son de declaración obligatoria, y por tanto no se contabilizan, es un hecho admitido que la infección gripal incrementa las cifras anuales de fallecimientos. Por esa razón, la Generalitat informa semanalmente en los boletines gripales de la evolución de las muertes que ocurren en Barcelona y su entorno. Desde hace tres semanas, esa gráfica experimenta un lento pero sostenido incremento. Por todo ello, insisten, la gripe merece «respeto», en especial, por parte de quienes sufren enfermedades crónicas que afectan al sistema respiratorio. Es aconsejable que esos enfermos, al igual que quienes sufren cardiopatías, inmunosupresión o anemia crónica, se vacunen. Y también las personas que han recibido un órgano en trasplante. Las mujeres embarazadas están incluidas desde hace varios años entre los colectivos que deberían recibir esta vacuna, pero se trata de uno de los grupos sociales menos proclives a recibir el fármaco.

Tampoco tiene eco la insistencia de la Generalitat para que se vacune contra la gripe el personal sanitario que ejerce en la red asistencial pública. Médicos y enfermeras son, de forma general, reacios a vacunarse. Apenas el 30% se protegen de la gripe.