SANIDAD

Acuerdo para atender a escolares diabéticos

Salut y Educació prevén formar a maestros y padres

ÀNGELS GALLARDO
BARCELONA

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¿Quién debería atender a un niño diabético de 5 años que sufre una crisis de hipoglucemia en la escuela? Esa pregunta la responde en la actualidad el sentido común de la familia del niño, que suele haber informado a la maestra sobre la enfermedad crónica que sufre su hijo, alertándole de que puede desmayarse por un descenso brusco de glucosa en la sangre. Para que esa circunstancia, cada vez más frecuente, no quede mal atendida, lasconselleriesde Salut y Educació han creado un protocolo de actuación para formar a las personas designadas para controlar los índices de glucemia de los escolares diabéticos. Esas personas administrarán a diario el fármaco a los niños que no sepan hacerlo .

En Catalunya existen 487 menores de 13 años afectados por diabetes insulinodependiente, de los que 150 tienen de 3 a 7 años. El nuevo protocolo, y el consenso médico general, sugiere que los niños diabéticos reciban una única dosis de insulina entes de comer. El proceso consta de dos partes: una medición previa del nivel de glocosa en la sangre, y la inyección de insulina que compensa el déficit glucémico detectado. Aunque los niños de 12 o 13 años saben pincharse y así lo hacen, el acuerdo de la Generalitat prevé que familia y escuela decidan qué persona se ocupa de cumplir con el tratamiento en los niños menores de 5 años.

EL EJERCICIO / La información de los enseñantes es un punto fundamental en el nuevo protocolo. Los maestros de los niños diabéticos deben conocer, por ejemplo, que un ejercicio intenso y no previsto alterará bruscamene el nivel de glucemia del niño que lo practique. En este caso, de nuevo, maestros y familias deberán pactar formas de actuación.

El objetivo de esta iniciativa es evitar que, por ser diabéticos necesitados de insulina, los niños dejen de hacer las actividades habituales del resto de la clase, incluido el ejercicio físico o la práctica de deportes.

A medida que toman consciencia de que sufren una enfermedad crónica a la que deben adaptar su vida, lo que ocurre aproximadamente a los 9 o 10 años, los niños diabéticos asumen con bastante normalidad su circunstancia. De forma general, el hospital que los atiene promueve cursos introductorios, en los que participan las familias, donde se les explica el contenido nutricional de los alimentos, la evolución de las curvas de glucemia en la sangre y los momentos en que deberán aplicarse los pinchazos diarios que informarán de cuánta insulina necesitan para poder comer sin riesgos.