La jerarquía católica en Catalunya

Sistach rebate a Rouco y avala que la Iglesia catalana existe

El cardenal replica a las manifestaciones del portavoz del episcopado español

JORDI CASABELLA
BARCELONA

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El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, no fue ayer tan tajante como Isidro Catela, el jefe de prensa de la Conferencia Episcopal Española (CEE) que gobierna el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco, que anteayer negó la existencia de la Iglesia catalana, aunque dejó igualmente sentada su opinión. «Creo que la Iglesia catalana, la que vive y actúa en Catalunya, sí existe», afirmó tras presentar un libro, prologado por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, que recoge un centenar de reflexiones publicadas en la hoja dominical de la diócesis barcelonesa en los últimos años. Entre ellas hay unas pocas que se refieren a la figura de Antoni Gaudí y a la iglesia que el Papa se dispone a consagrar al culto.

Al ser preguntado por las declaraciones del portavoz de Rouco, que desdeñó el hecho de que el Papa hable en catalán en la Sagrada Família, el purpurado defendió la existencia de una Iglesia «que peregrina, actúa y trabaja en Catalunya», lo que «coloquialmente» puede denominarse Iglesia catalana, aunque en teología pura haya una «Iglesia única y universal» que está presente en todas las iglesias diocesanas.

Sobre la ausencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en el acto central de la visita del Pontífice (la misa en el templo de Gaudí), el cardenal aseguró que respetaba la decisión del mandatario, de la misma manera que ha hecho el Vaticano.

SACERDOCIO Y HOMOSEXUALIDAD / En sucesivas preguntas, Sistach fue interrogado acerca de la negativa de la Iglesia a que los homosexuales ejerzan como sacerdotes o sobre la marginación que sufre la mujer en el seno de la institución. El cardenal señaló que la Iglesia se ha dotado de «unas normas de admisión al sacerdocio» que hay que respetar, «porque hay que elegir bien a los candidatos que van a ejercer una misión importante y delicada», y sostuvo que la Iglesia reserva una posición importante a la mujer, pero que en el seno de la organización «hay ministerios propios reservados a unos y otros».