críticas AL DESARROLLO DE UNA actividad industrial

Los vertidos ponen a la petroquímica de Tarragona en la picota

Vista aérea de la petroquímica de Tarragona, en mayo del 2009.

Vista aérea de la petroquímica de Tarragona, en mayo del 2009.

RAFAEL MORALES
TARRAGONA

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Apenas cuatro días después del último vertido de hidrocarburos en el puerto y en el mar de Tarragona, los responsables de Protección Civil anunciaron que el 4 de noviembre se realizará en la empresa Clariant uno de los mayores simulacros por accidente químico efectuados en Catalunya. Se activarán 17 sirenas y afectará a unos 100.000 habitantes de Tarragona, La Canonja, Vila-seca y Salou. La relación entre ambos hechos no parece casual; los repetidos vertidos de la industria petroquímica en los últimos años han aumentado los interrogantes sobre la seguridad de la actividad.

En pleno puente del Pilar, el 11 de octubre apareció una mancha de hidrocarburo que ocupaba 66 hectáreas de mar de manera discontinua a menos de un kilómetro de las playas de Vila-seca y Salou. En julio del año pasado la alarma vino por una fuga de ácido nítrico en la planta de Ercros, que obligó a activar el plan de emergencia y a recomendar a cientos de vecinos que permanecieran encerrados en sus casas. En mayo y junio del 2009 también aparecieron otras dos grandes manchas de petróleo a unos 40 kilómetros de la costa tarraconense.

Los sobresaltos que genera uno de los polos petroquímicos más importantes de España y del sur de Europa se han convertido en crónicos. Tras el vertido del pasado día 11, los ayuntamientos de Tarragona, Vila-seca y Salou volvieron a temer por el buen estado de sus turísticas playas. La empresa Asesa (Asfaltos Españoles) reconoció haber vertido accidentalmente 200 litros de hidrocarburo dentro del puerto, pero no se hizo responsable de la mancha de fuel que había en mar abierto.

QUEJAS ECOLOGISTAS / «No reconocer la paternidad de los vertidos solo supone alargar el problema», reflexiona en su blog el delegado del Govern de la Generalitat en el Camp de Tarragona, Xavier Sabaté. «Cada vez que no se reconoce la responsabilidad de un vertido, la opinión pública desconfía de todos con razón: de las empresas y la Administración», insiste Sabaté, que espera que todo acabe con «una sanción ejemplar».

Pese a que el nivel de seguridad de las empresas químicas es uno de los más elevados, según un informe de la patronal AEQT, los vertidos y malos olores no tienen fin. Los ecologistas han vuelto a poner el grito en el cielo y la subdelegación del Gobierno ha abierto un expediente informativo para buscar responsables.

La Fiscalía de Tarragona, mientras, ha reconocido que está recabando información para actuar de oficio si finalmente se encuentran «indicios de negligencia», según informó el fiscal jefe, Xavier Jou.

«Las empresas no invierten en seguridad ni en gestión de residuos porque con ello no ganan dinero», apunta Julio Barea, portavoz de la campaña de Greenpeace sobre la contaminación. La organización ecologista recuerda que Catalunya

ha acumulado en la última década el 42% de la contaminación que se vierte al Mediterráneo y que sus principales focos son los puertos de Barcelona y Tarragona, así como las refinerías y las plataformas petrolíferas que hay en esta última provincia.

ESTUDIO CUESTIONADO / El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), se muestra más pacificador. «Los mecanismos funcionan, como demuestran el Plan de Emergencias, los efectivos de seguridad y la rápida respuesta que dan siempre», argumenta. Pero la población no parece opinar lo mismo. El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Tarragona, Antoni Peco, denuncia: «El último vertido repite lo ocurrido en otras ocasiones: las empresas no se preocupan y quitan importancia al incidente».

Ramon Fontboté, director general de la AEQT, esgrime el convenio firmado hace cinco años con el Departament de Medi Ambient para destacar que cumplen objetivos de seguridad «mucho más estrictos que los de la normativa europea». «Nadie nos puede acusar de falta de información», dice el portavoz de la patronal química, que sentencia que las empresas cumplen «a rajatabla».

Ni estudios como el del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica de la Universitat Rovira i Virgili tranquilizan lo suficiente. Los resultados apuntan que la contaminación que produce la petroquímica no conlleva «riesgos adicionales» ni es superior a la del tráfico de automóviles, adelantó el doctor Josep Lluís Domingo. Pero los ecologistas locales de La Canonja 3, Plataforma Cel Net y Gepec ponen en duda los resultados de un trabajo «financiado, directa o indirectamente, por las mismas empresas que generan la contaminación industrial».