CONFLICTOS
La proliferación de prostíbulos indigna a los alcaldes del Empordà
«Esta comarca se ha convertido en el puticlub de Francia». La contundente afirmación es de Jordi Cabezas, alcalde de La Jonquera (Alt Empordà), uno de los municipios más afectados por la prostitución de carretera y que hoy, tras la apertura del macroprostíbulo Paradise, contará con uno de los burdeles más grandes de Catalunya. Una oferta que se suma a la de otros dos grandes locales situados en los próximos municipios de Agullana y Capmany, y que entre los tres contabilizarán unas 400 meretrices en apenas tres kilómetros de carretera. La meca del sexo en la que se está convirtiendo el Alt Empordà gracias a la clientela francesa extiende sus tentáculos otros 20 kilómetros hacia el sur, y entre La Jonquera y el área de Figueres, los clubs que flanquean la N-2 y la C-31 superan la docena. En Francia la prostitución no es ilegal, pero están prohibidos los prostíbulos ya que por ley se persigue la incitación a contratar sexo, informaElianne Ros.
IMPOTENCIA MUNICIPAL Cabezas (CiU) y otros ayuntamientos de la comarca se sienten impotentes tras fracasar en su intento de frenar la prostitución de carretera a fuerza de ordenanzas y multas. Pero la desazón de este alcalde se ha disparado desde que el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya dio la razón a la empresa promotora del Paradise en el litigio que mantenía con el consistorio de La Jonquera, que pretendía evitar su apertura. En los últimos días, el amplio y condescendiente tratamiento informativo dado a la apertura del macroburdel (con imágenes de las habitaciones, yacusis y resto de instalaciones en un recinto de 2.700 metros cuadrados, 80 habitaciones y 150 chicas) ha disparado la indignación del alcalde. «No entiendo lo que están haciendo los medios de comunicación, algunos de ellos públicos. Les están haciendo la mejor campaña de publicidad que hubieran podido imaginar. La semana que viene seguro que no cabe nadie allí». El impulsor del macroprostíbulo, José Moreno, es propietario de otros dos burdeles, ha sido detenido en varias ocasiones (la última de ellas hace un mes) y está imputado por presuntos delitos de tráfico de personas y blanqueo de capitales.
LA NORMATIVA / La impotencia de Cabezas es compartida por otros políticos, como la presidenta del Consell
Comarcal del Alt Empordà y alcaldesa de Vilafant, Consol Cantenys (PSC), a la que tampoco gusta que el burdel llene páginas y páginas de diario: «Los alcaldes no podemos hacer nada. Mientras no se cambie la ley y haya gente que disponga de suficiente dinero para impulsar estos negocios, seguirán adelante. Somos meros espectadores pasivos. Es triste y deberíamos reflexionar».
No todo el mundo comparte esta opinión. Un industrial de La Jonquera que pide permanecer en el anonimato confesó ayer que muchos empresarios de la localidad están encantados con el prostíbulo. «Nos da mucho trabajo, son muy buenos pagadores y, en contra de lo que se dice, no dan problemas de seguridad. Las chicas se gastan mucho dinero en taxis, peluquería y ropa. Y muchas alquilan pisos en el pueblo. Lo que pasa es que es políticamente incorrecto decirlo en público, pero muchos ayuntamientos están muy contentos porque los burdeles dejan dinero en los municipios», afirmó.
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