La alternativa

Un municipio del Alt Empordà opta a ser el primer ecopueblo catalán

FERRAN COSCULLUELA
ORDIS

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Otro mundo es posible. Y uno de los pilares para que se produzca ese cambio necesario que mejore la salud del planeta es la implantación de un modelo energético más sostenible. El grupo ecologista Iaeden (Institució Altempordanesa d'Estudis Naturals) ha puesto sobre la mesa un proyecto que pretende demostrar que ese nuevo futuro no es una utopía. Se trata de la puesta en marcha del primer ecopueblo de Catalunya. Un núcleo urbano de pequeñas dimensiones que sea autosuficiente desde el punto de vista energético mediante la microgeneración de electricidad y calor a través de energías limpias y renovables. La propuesta ya tiene pretendiente. La localidad de Ordis (Alt Empordà) se ha ofrecido para llevar a cabo esa prueba piloto y ha iniciado los primeros pasos para hacer ese sueño realidad.

«Éramos conscientes de que llevamos muchos años posicionándonos contra los grandes proyectos energéticos de la comarca (algunos de ellos incluso con energías renovables, como los grandes parques eólicos propuestos por la Generalitat) y contra las grandes líneas de transporte como la MAT. Por eso decidimos que era hora de impulsar una propuesta en clave positiva, con un sistema descentralizado a través de la autogeneración sostenible», explica Eduard Martí, uno de los portavoces de Iaeden.

EL ESTUDIO / Su propuesta se plasmó a través de un estudio confeccionado por los ingenieros Xevi Planas y Aleix Vallverdú (financiado por La Caixa y la Diputació de Girona), en el que se hace un inventario de las tecnologías competitivas que existen en el mercado de las energías limpias, se analizan los rendimientos energéticos y económicos en la comarca del Alt Empordà y se indican los pasos necesarios para conseguir su implantación.

Pero un proyecto sobre el papel no pasa de ser una idea que, en el fondo, se queda en nada. Por eso Iaeden buscó un pueblo que se ajustara a las características del estudio y que estuviera dispuesto a intentar hacer frente al desafío. Ese municipio es Ordis, una pequeña localidad próxima a Figueres, con 350 habitantes, 150 casas, ocho granjas, dos fábricas y unas vistas privilegiadas al Canigó y la bahía de Roses, y que por su ubicación y dimensión puede considerarse una localidad tipo del Alt Empordà.

«Iaeden buscaba alternativas, porque el estudio abarcaba en principio toda la comarca, y vieron que había que concretar. Por eso eligieron Ordis, que aceptó la propuesta», explica la alcaldesa de la localidad, Maria Crehuet. Esa fue la razón de que se añadiera un anexo al estudio inicial, en el que los ingenieros acomodaron su propuesta general a las características particulares de ese pueblo. Se estudió el consumo energético de la localidad, las características y posibilidades de los equipamientos municipales para albergar placas fotovoltaicas y pequeños aerogeneradores, los recursos energéticos del pueblo y las opciones para aprovechar el biogás de las granjas del municipio.

El siguiente paso consistió en presentar el proyecto a los vecinos y proponerles que permitan llevar a cabo una auditoría energética en sus viviendas durante las próximas semanas. Se trata de una simple valoración para establecer las posibilidades que tienen para albergar fuentes de microgeneración y para valorar las intervenciones que son necesarias con el fin de mejorar su eficiencia energética. Pasadas dos semanas desde la presentación, ya se han sumado a la iniciativa medio centenar de propietarios.

FOMENTO DEL AHORRO / El ingeniero Xevi Planas explica que el proyecto se sustenta en tres pilares: la microgeneración con energías limpias; la implantación en el pueblo de una red eléctrica inteligente que gestione la demanda con un sistema bidireccional capaz de volcar electricidad en la red general cuando haya excedentes de producción (para venderla) y de tomarla (y comprarla) cuando se produzca un déficit de suministro, y la aplicación de medidas de eficiencia energética, un capítulo que parece menor pero que, sin embargo, es indispensable para hacer realidad el ecopueblo.

Por ello es necesario llevar a cabo la valoración energética de las viviendas y por ese mismo motivo el estudio abunda en toda una serie de medidas para fomentar el ahorro de suministro en hogares, dependencias municipales e instalaciones industriales, ganaderas y agrarias. Para conseguir que ese nuevo modelo sea posible, es indispensable reducir el consumo innecesario de energía.

Todo un reto equiparable al otro gran obstáculo del proyecto: la financiación. Crehuet está dispuesta a llamar a las puertas de todas las administraciones, incluida la de la Unión Europea (UE) con su ingente papeleo burocrático. Para llevar a cabo buena parte del proyecto se calcula que son necesarios unos dos millones de euros. Una cantidad que es una montaña infranqueable para un pequeño pueblo como Ordis, pero que para los fondos que administra la UE equivale a una pequeña ayuda.

La alcaldesa también está en conversaciones con Endesa, que está interesada en ofrecerle apoyo técnico, lo que alimenta sus esperanzas. «Estamos muy ilusionados porque no solo nos beneficiaría a nosotros, ya que los resultados podrían ser extensibles a la red medioambiental del área urbana de Figueres y al resto de la comarca», asegura.