La llegada de Benedicto XVI

Los obispos dicen que la visita del Papa será "un negocio para todos"

ANTONIO M. YAGÜE / Madrid

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Será «un negocio, espiritual y económico, para las ciudades y para todos». Así de confiado y contundente se mostró ayer el portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Antonio Martínez Camino, al aludir a las críticas por el coste que supondrá para las administraciones públicas la visita del Papa Benedicto XVI a Santiago de Compostela y Barcelona los próximos 6 y 7 de noviembre. «Lo que se gasta es el chocolate del loro. Nadie va a perder dinero», resumió tras la clausura de la comisión permanente del episcopado español presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.

Para contrarrestar esas críticas, «que surgen cansinamente», el portavoz episcopal insistió en que, con la visita papal, «no solo no se va a perder dinero, sino que se va a ganar, porque proporcionará unos retornos económicos difíciles de evaluar porque son altos, altísimos». Entre estos sectores que se beneficiarán se cita el de la hostelería.

El Gremio de Hoteleros de Barcelona ya ha admitido que la visita del Pontífice llenará sus establecimientos durante esos días y que los precios de las habitaciones experimentarán un aumento de entre el 15% y el 20%. Los vecinos que alquilan sus balcones o viviendas aprovechando la presencia de Ratzinger parecen dar la razón a Martínez Camino.

VOLUNTARIOS / El portavoz episcopal también argumentó que una de las reglas de la Iglesia ante actos públicos como las visitas papales es la austeridad, ya que «se mira hasta el último euro» y se apoya en la aportación de los voluntarios. «La visita es mucho más barata que cualquier otra actividad social. No se va a hacer ningún derroche ni ningún despilfarro», remachó Martínez Camino.

Las ocho horas del Papa en Santiago de Compostela el próximo 6 de noviembre costarán unos 3 millones de euros al erario, según datos de la Xunta de Galicia. El coste de la visita a Barcelona superará el millón de euros solo en seguridad, limpieza y regulación del tráfico rodado, si bien el mayor gasto será el de la retransmisión por televisión, todavía pendiente de evaluar. La disposición de las grandes pantallas alrededor de la obra ideada por Gaudí será subvencionada por un grupo de patrocinadores con los que ha contactado el arzobispado.

Aunque en ningún momento se ha pensado en cobrar por asistir a las solemnes celebraciones eucarísticas en las plazas del Obradoiro y en templo de Gaudí, como se hizo en Londres durante la reciente visita del Papa, el arzobispado de Santiago, Julián Barrio, convocó ayer a todas las parroquias para que participen en una colecta con el fin de ayudar a cubrir los gastos de la gira papal. La cuestación se llevará a cabo el sábado 9 de octubre en las misas vespertinas y el domingo 10 en todas las celebraciones eucarísticas.

Cara a la visita, la comisión permanente ha hecho pública una exhortación apostólica bajo el título¡Bienvenido, Santo Padre! en la que destaca que todas las diócesis españolas -y no solo las de Santiago y Barcelona, adonde «muchos peregrinarán»-, podrán beneficiarse «del impulso de catolicismo que significará la visita del Santo Padre». Los obispos piden a los fieles que acompañen a Joseph Ratzinger «con cariño y con oración» y, sobre todo, que le «escuchen con atención».

LOAS A GAUDÍ / El comunicado recuerda que el Papa llega como peregrino a Santiago, uno de los emblemas de las raíces cristianas de España, Europa y América. Y tras extenderse en loas al «templo expiatorio» de la Sagrada Família y «al genial arquitecto y siervo de Dios Antonio Gaudí», aprovecha para recordar que cuando se proyectó, a finales del siglo XIX, «la iglesia ya advertía de que la familia natural y cristiana, basada en el matrimonio, constituye la célula básica de la sociedad, a la que el Estado y la Iglesia han de prestar una atención prioritaria, poniéndose a su servicio».