La utilización logística

Plan para doblar en 10 años el ínfimo transporte de mercancías por tren

CRISTINA BUESA / Madrid

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Una de las cosas que más sorprendieron a José Blanco al llegar a su despacho en el paseo de la Castellana fue que todos los presidentes y consejeros autonómicos le pedían lo mismo: trenes de viajeros. Le faltó decir: y de alta velocidad. Lo confesó ayer, después de sostener que para él las mercancías son imprescindibles para lubricar el motor económico del país. Ahora que la crisis ha despejado dudas y dejado en un cajón los proyectos del AVE inviables social y ambientalmente (como el de Cantabria, subrayó), es el momento de arreglar el desaguisado en el sector logístico en materia ferroviaria y frenar la caída en picado que ha sufrido en los últimos años.

No se beneficiará solo el medioambiente sino también la red viaria, que experimentará una descongestión, y la conservación de las carreteras, explicó el titular de Fomento. Blanco, que no rechaza las preguntas acerca de lo que hicieron sus antecesores (de su propio partido o del PP, le da igual), censuró que jamás se hubiese ideado un plan para impulsar el transporte de mercancías en el que se dibujara una red que solo usaran esos trenes, otra únicamente para viajeros y otras mixtas. «Era una asignatura pendiente», concluyó Blanco, orgulloso de un diseño que había presentado durante casi cinco horas a los representantes autonómicos con quienes, aseguró, ha consensuado muchos aspectos.

NO SOLO INFRAESTRUCTURA / No es solo una cuestión de falta de infraestructura, como se cacarea a menudo desde tribunas políticas y económicas. Sin trazados ni instalaciones eléctricas adecuadas, tampoco se hace nada. No obstante, la irrisoria cuota de mercancías que hoy por hoy transporta el tren no es culpa solo de las vías. Se suma la dispersa gestión de los responsables de la cuestión y la desconfianza de las empresas que, tras años de ver cómo siempre pasaban por delante los viajeros, han optado definitivamente por la carretera. Es más barata y llegan antes.

Pero Fomento anunció ayer que aspira a salir del furgón de cola de la Unión Europea en un plazo de 10 años. Actualmente las mercancías que viajan en tren representan el 4,1% del transporte terrestre en España y quieren que en el 2020 sean entre el 8% y el 10%. En Alemania, el porcentaje alcanza el 22,2%; en Francia, el 15,9%, y en el Reino Unido, el 11,7%. En el ministerio se comparan con estados más o menos del entorno porque si se fijaran en otras realidades como Letonia o Lituania, con porcentajes que rondan el 60%, se desesperarían. Pero la esperanza es lo último que se pierde porque no siempre fue así.

CONVOYES CORToS / Según datos facilitados por Fomento, en 1997 la red ferroviaria española llevaba el 10,3% de las mercancías transportadas por vía terrestre, de modo que además de la recesión de los últimos años hay que buscar otras razones a esa caída en picado. Transportar mercancías en tren ha sido tradicionalmente caro y poco fiable. Caro porque los trenes en España son más cortos que en el resto de Europa (aquí miden 450 metros frente a los 750 habituales), con lo que el precio por tonelada es más elevado. Poco fiable porque no se garantizaba la hora de entrega de las cargas. Así que la industria ha optado masivamente por la red viaria.

El presupuesto del plan asciende a 7.512 millones de euros, de los que 400 ya están ejecutándose. Las mismas fuentes revelaron también que, de ese montante, 5.154 millones corresponden a las administraciones públicas (Gobierno, comunidades autónomas y Unión Europea) y el resto a la participación privada. En este último apartado consta, por ejemplo, la conexión ferroviaria con el puerto de Barcelona, que está prevista en el plan de financiación público-privado que tiene en marcha el Gobierno.

DEBERES PARA RENFE / El mercado de las mercancías por tren está liberalizado desde hace años pero el monopolio sigue en manos de Renfe, que copa el 93% del pastel, aunque sea pequeño. En Fomento ayer hubo culpas para todos y la empresa ferroviaria no se salvó. En su caso han optado por que la firma se subdivida según las áreas de negocio.

Ordenar quién pasa por las vías y que no siempre sean los pasajeros. Crear centros logísticos (nodos) que faciliten la circulación de la carga. Construir nuevas líneas que unan puertos y red básica. Fomentar las ayudas para que las tasas sean más económicas. Ahora hay nuevos aspectos para que consejeros y presidentes pregunten qué hay de lo suyo.