La pederastia en la Iglesia

13 víctimas de abusos del clero belga se suicidaron

La Iglesia admite 475 vejaciones sexuales que alcanzan a todos los internados

El psiquiatra infantil Peter Adriaenssens, ayer durante la presentación del informe sobre los abusos sexuales.

El psiquiatra infantil Peter Adriaenssens, ayer durante la presentación del informe sobre los abusos sexuales.

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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Bajo una creciente presión política y social, la Iglesia católica belga reveló ayer que había recibido en los últimos 10 años un total de 475 denuncias por abusos sexuales de menores a cargo de religiosos, profesores de religión y acompañantes de los movimientos juveniles. Esos delitos se cometieron entre la década de los 30 y este mismo año, aunque la mayoría se concentra en el periodo 1950-1980. El grueso de las vejaciones han prescrito penalmente.

Los abusos se iniciaron en la mayor parte de los casos cuando las víctimas contaban entre 10 y 13 años, aunque hubo episodios en los que no tenían más de 2, 4 o 5 años. Las agresiones sexuales condujeron al suicidio a al menos 13 personas y a tentativas de suicidio a un mínimo de otras 6, según el informe elaborado por la comisión eclesial sobre las vejaciones y presentado ayer por su presidente, el psiquiatra infantil Peter Adriaenssens. El informe omite los nombres de las víctimas y los de los agresores, así como los de las poblaciones, lugares e instituciones donde sucedieron los hechos.

La mayoría de las denuncias se presentaron después de la dimisión el pasado abril del obispo de Brujas Roger Vangheluwe, antes de que se hiciera público que había abusado sexualmente de su sobrino durante 13 años, desde que tenía 5 y hasta que cumplió los 18. En los medios de comunicación belgas, se calculaque la cifra real de víctimas de vejaciones por parte de religiosos y de miembros de entidades vinculadas a la Iglesia puede ser de más de 800.

LA MAYORÍA DE VÍCTIMAS, VARONES / Dos tercios de las víctimas eran varones, y un tercio, mujeres. El informe precisa que la franja en que ellos sufrían más agresiones se situó entre los 10 y los 14 años, mientras que para ellas el riesgo se acrecentaba con la edad. El 70% de las víctimas de abusos tienen ahora entre 40 y 70 años, pero hay una de menos de 20 años y 20 de menos de 40. El agredido de más edad cuenta más de 90 años.

La gran mayoría de los abusos sexuales se produjeron en el seno de la religiosa comunidad flamenca, en la que el poder social y la autoridad de la Iglesia es mucho mayor, en comparación con el carácter significativamente más laico de la comunidad francófona. Adriaenssens explicó que el número de abusos comenzó a decrecer a partir de la mitad de la década de los 80 porque empezó a disminuir el número de religiosos y el papel de los sacerdotes en el sistema educativo belga.

La comisión presidida por el psiquiatra logró identificar a 184 de los autores de esos abusos sexuales, mientras que de los cerca de 300 restantes no disponen de suficiente información a partir de los datos facilitados por las víctimas.

De los agresores identificados, 91 siguen vivos. El informe constata que «ninguna congregación o institución religiosa escapa a que uno o varios de sus miembros haya cometido abusos sexuales de menores». «Todas las escuelas con internados han tenido casos de abusos», subrayó Adriaenssens.

NINGÚN CASO RECIENTE / El psiquiatra explicó que la comisión, bajo su mandato, no ha tratado ningún caso relativo a hechos actuales o recientes. Adriaenssens asumió el pasado enero la dirección de la comisión eclesial, formada en el 2000, después de la dimisión en el 2009 de las magistradas que participaban en ella por la falta de colaboración de la Iglesia y la negativa de los obispos a indemnizar a las víctimas.

El psiquiatra también destacó que las personas que han sufrido agresiones lamentan que exista un plazo de prescripción muy corto para estos delitos (10 años tras acceder la víctima a la mayoría de edad), ya que necesitan mucho tiempo para sobreponerse a los abusos y acumular el coraje para hablar de ellos.

NI AYUDA NI INDEMNIZACIÓN / El informe denuncia, asimismo, que siga sin existir ningún mecanismo de ayuda o indemnización. Debe ofrecerse a las víctimas «el reconocimiento de los abusos por parte de la Iglesia y medidas contra los autores de los hechos», añade el texto, que señala que «la Iglesia debería prever castigos más importantes para los autores que no se presentan a confesar esos delitos y que solo lo hacen cuando son citados por la víctima». Adriaenssens reconoce que la recomendación del actual primado de la Iglesia belga, André Leonard, para que los agresores contactaran con su comisión «no tuvo ningún efecto».

Finalmente, el documento lamenta que en el seno de la Iglesia no exista «ninguna iniciativa específica concerniente a la investigación y el tratamiento de los autores de este tipo de hechos», y recomienda a la jerarquía eclesiástica belga que atienda a las víctimas de los abusos y actúe contra los culpables.