Papá, si conduces no fumes

La reforma que se debate en el Congreso no recoge el veto al tabaco en el coche si viajan menores. Pero el PSOE, tras el proyecto del Gobierno vasco, prevé hacerlo suyo. «Lo vemos con buenos ojos. Si hay una voluntad unánime por parte del resto de los grupos, plantearemos una enmienda», aseguró su portavoz, Guadalupe Martín. El PSC y la consellera de Salut, Marina Geli, aplaudieron la iniciativa «Nos parece bien. Se puede discutir si el vehículo es un espacio público o privado. Pero es cerrado. Se trata de una cuestión de salud pública y, de paso, mejoraría la seguridad en la conducción», comentó Geli.

Maltrato al menor

Asociaciones de médicos y de conductores también están de acuerdo con esta prohibición que, de momento, solo se ha adoptado en seis estados de EEUU y en el Reino Unido. «La protección del menor, como en el caso del cinturón, está por encima de si se trata de un espacio privado. Como fumar en una habitación con un niño: eso es una especie de maltrato. El Gobierno debería hacer esta propuesta de máximos para al menos conseguir lo fundamental, el veto en todos los espacios públicos cerrados», defendió Rodrigo Córdoba, portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), que agrupa a 40 sociedades sanitarias. «Favorece el debate social, pero seguramente es prematuro; en España no hay consenso», reconoció.

Un 80% de los ciudadanos está a favor de que se prohiba fumar dentro de los coches, según el CNPT. Para el director de seguridad vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, la norma vasca «preserva la los derechos de los menores», por lo que se mostró «bastante a favor». Pero, a su juicio, mejor herramienta que la prohibición es la educación.

El colmo

Javier Blanco, portavoz del Club de Fumadores por la tolerancia, discrepó. «Parece que pretenden que el País Vasco se parezca más a Bután o Corea del Norte, ya que es el colmo que se inmiscuyan en los espacios privados como un vehículo particular.» Blanco resaltó que él tiene hijos y jamás fuma cuando viajan en el coche, por lo que animó a los fumadores a adoptar esta costumbre sin que los poderes públicos lo prohíban.