La Catalunya despoblada

El renacer del viejo colegio

Torrelameu (Noguera) reabre la escuela tras ocho años cerrada por falta de niños

ROSA MATAS
TORRELAMEU

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El patio del colegio de Torrelameu (Noguera) se ha vuelto a llenar de risas. Las de sus ocho alumnos y también las de sus padres, que han conseguido la reapertura para sus hijos de 3 y 4 años de la escuela a la que ellos fueron de pequeños y que llevaba cerrada ocho años.

El pueblo era uno de los muchos del interior de Catalunya que se quedaba sin niños durante el horario escolar, pese a haber críos entre sus habitantes. «Hay 42 niños, pero la mayoría van al colegio a Lleida o a Corbins». Es el cómputo de Carles Coma, uno de los padres que ha reclamado la escuela.

La emoción era mayor en los adultos que en los pequeños. «Estoy supersatisfecho de que los niños puedan estudiar en el colegio en el que aprendí yo», contaba Agustí Rosell, emocionado, junto a su hijo Quim, de P-3. Su alegría es compartida. «La ilusión de verlo abierto es grande, porque un pueblo sin colegio es medio pueblo», añade Santi Vendrell, padre de otra niña. Y no se le escapan otras ventajas, como tener dos maestras, lo que se parece mucho a las clases particulares.

La guardería municipal del pueblo dio el empujón a los progenitores para emprender su cruzada en el 2008 con una recogida de firmas dirigidas al ayuntamiento y a Educació. A partir de ahí, conversaciones y el compromiso rubricado por los padres de llevar a sus hijos al centro, rehabilitado con 60.000 euros. Seis de los ocho alumnos, los de P-3, proceden de la guardería. Las dos niñas de P-4 estudiaban en Corbins y Balaguer.

Implicación de la directora

«Era una pena que los pocos niños del pueblo que habían compartido la guardería se separaran». Eva Vilella recuerda así los momentos en los que empezó a recabar apoyos para reabrir una escuela en la que ayer no hubo lloros: «La maestra se lo ha currado, ha estado este verano en la guardería». Se refiere a Maria Lores, la directora, que ha controlado hasta el día a día de las obras. Al estreno de ayer acudieron la alcaldesa, Núria Trullols (CiU), y el director de Educació en Lleida, Antonio López, que celebró la noticia. «Volver a abrir un centro es algo que no pasa cada día.Creo que hemos acertado; ya se verá en siete años», comentó.

La alegría de Torrelameu contrasta con el silencio de otro patio de colegio leridano, el de Bòixols, un núcleo del municipio de Abella de la Conca (Pallars Jussà). Los dos niños matriculados van cada día a Isona. Los llevan sus familias. La última maestra, interina y madre de uno de ellos, proyecta una guardería también en Isona. «La Generalitat se habrá gastado mucho en vías rápidas para ir a Andorra, pero ni siquiera mantiene aquí el transporte escolar, aunque nos paga el coste», se quejaba el padre, Andrés Hernández, que también ve algo positivo en el cambio: «Mi hijo, en lugar de estar con 5 niños, va a estar con 25».