informe INTERNACIONAL SOBRE EL ESTADO DE LA educación

El descrédito de la FP aboca a los universitarios jóvenes al subempleo

ANTONIO M. YAGÜE / Madrid

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El 44% de los jóvenes españoles de entre 25 y 29 años con una titulación universitaria o de FP superior tienen un trabajo por debajo de su formación y, además, cobran mucho menos de lo que deberían, mientras que la media de estos graduados sub-empleados en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es del 23%. El descrédito sufrido durante años por la FP de grado medio explica en buena medida lo sucedido. No es el único factor. Unos índices más elevados de paro y el atractivo que ejerce la universidad para un sector de la población que solo ha tenido acceso a ella en las últimas décadas también inciden en la situación. Los datos, que aparecen en el informe anual Panorama de la educación, que elabora la OCDE, se hicieron públicos ayer coincidiendo con el regreso a las aulas de más de 1,2 millones de estudiantes en Catalunya.

Según la secretaria de Estado de Educación y Formación Profesional, Eva Almunia, el problema radica en que los titulados superiores, que representan en España un 29%, dos puntos por encima de la UE, «ocupan unos puestos que no son para ellos, sino que están pensados para gente formada en títulos medios. Pero España no cuenta con esa gente».

La escasez de titulados de grado medio en España sigue siendo el talón de Aquiles del sistema educativo. Únicamente consiguen un título posobligatorio el 73% de los estudiantes que acaban la ESO, un punto menos que en el 2007 y 10 por debajo de la media de la UE. O lo que es lo mismo: la tasa de abandono de los estudios tras la enseñanza obligatoria (entre los 16 y los 19 años) sin haber obtenido ningún tipo de especialización es, en España, del 27%.

AGUJEROS NEGROS / No es el único agujero negro. Un 49% de la población española no cuenta con más formación que la básica u obligatoria, 20 puntos por encima del promedio de la OCDE y la UE. Y un escuálido 22% dispone del título de bachillerato o FP de grado medio, la mitad de la media de la UE. «Aunque ha mejorado cuatro décimas, este es el punto más débil y la asignatura pendiente de la educación en España. Faltan profesionales de grado medio», insisten los responsables del departamento de Ángel Gabilondo.

Almunia se mostró, a pesar de todo, optimista. «El avance logrado en la última década ha sido más importante que en los últimos cien años. Hemos mejorado rápido», defendió la secretaria de Estado. Algunos expertos resaltan que cada año la diferencia entre España y Europa se va reduciendo, aunque poco a poco, y que la tendencia sostenida indica que el problema de retraso educativo histórico, muy acusado hace 30 años , terminará diluyéndose.

A MÁS ESTUDIOS, MENOS PARO / La OCDE también subraya que tanto en España como en el resto de países, la tasa de desempleo disminuye según sube el nivel educativo. «Lo hace con mayor intensidad en el caso de las mujeres. Un 17,2% de las desempleadas en nuestro país solo cuentan con estudios primarios», recalcó Almunia. Sin embargo, solo el 6,2% de las universitarias estaban en paro. La secretaria de Estado de Educación abogó por «que se siga estudiando». «Antes se decía que si no servías para estudiar, tenías que trabajar. Ahora tienes que estudiar siempre», remachó Almunia.

La OCDE ha dedicado una especial atención a las inversiones en educación. la partida destinada en España supone un 13% del gasto total de los presupuestos generales y desde 1995 el incremento por alumno ha sido del 40%. Según la OCDE, España muestra un buen resultado, con profesores mejor remunerados que la media, veteranos en primaria y más jóvenes en secundaria que en la mayoría de los países.

INVERSIÓN RENTABLE / Por cada euro que invierte en educación, España recupera dos a través de los impuestos. Es la primera vez que la organización estudia el impacto económico de la educación en la economía, el empleo y el bienestar de los ciudadanos y de las sociedades de los diferentes países. En el conjunto de la

OCDE, por cada euro que se invierte, la sociedad recupera tres. Por eso, para el organismo, «tanto desde el punto de vista económico como social, la inversión es rentable porque produce beneficios individuales y colectivos».