SALUD

La limpieza del crudo del 'Prestige' afectó a la salud de los pescadores

Dos pescadores de Santa Mariña (A Coruña), en plena la Costa da Morte, extraen chapapote del mar en diciembre del 2002.

Dos pescadores de Santa Mariña (A Coruña), en plena la Costa da Morte, extraen chapapote del mar en diciembre del 2002.

FERRAN COSCULLUELA
BARCELONA

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La marea negra delPrestigellenó los telediarios de imágenes de voluntarios recogiendo chapapote. Una campaña solidaria que llevó a un grupo de investigadores españoles a preguntarse sobre las consecuencias que esa actividad podía causar en la salud. La búsqueda de datos fue desalentadora: había más información sobre los efectos del crudo en los mejillones o las gaviotas que en los seres humanos. Por ello decidieron realizar un estudio dos años después del hundimiento. Y las conclusiones, publicadas en una revista científica de EEUU, establecen que la participación en las tareas de limpieza de vertidos puede tener unos efectos indeseables para la salud.

Los investigadores han detectado que los pescadores que en su día participaron en la limpieza del vertido presentan más síntomas respiratorios (tos, flemas e inflamaciones de las vías aéreas) que aquellos que no estuvieron en contacto con el fuel. Otro de los cambios constatados es que el grupo que recogió el crudo tiene más alteraciones en los cromosomas de las células sanguíneas. «Es muy importante remarcar que en el estudio no se hablan de ninguna enfermedad, sino que lo que hemos detectado son una serie de cambios biológicos que pueden dar lugar a una mayor predisposición a desarrollar enfermedades», entre las que se incluye el cáncer, puntualizó ayer el doctor Joan Albert Barberà, neumólogo del Hospital Clínic de Barcelona y codirector de la investigación impulsada por la Sociedad Española de Neumología (Separ), en la que también han participado equipos médicos de centros sanitarios de Madrid y A Coruña.

CHEQUEO MÉDICO / En la investigación, que se llevó a cabo entre septiembre del 2004 y febrero del 2005, participaron 678 marineros, de los cuales 501 habían estado expuestos al vertido y otros 177 no habían tenido contacto con el crudo. Un equipo médico llevó a cabo un cuestionario clínico de los participantes, efectuó una valoración de la función pulmonar y realizó un estudio de marcadores de inflamación respiratoria y un análisis de alteraciones cromosómicas en células sanguíneas.

Los médicos seleccionaron a pescadores que hubieran estado más de 15 días, durante al menos cuatro horas seguidas, recogiendo chapapote y compararon los resultados con compañeros suyos que no habían participado en las tareas de limpieza. Los investigadores detectaron que un 70% de los pescadores expuestos al crudo presentaban alteraciones en los cromosomas, mientras que en el grupo de no expuestos este porcentaje era del 46%. Respecto a los marcadores respiratorios, el 27% de los pescadores del grupo que tuvo contacto con el crudo mostraba síntomas, mientras que en los profesionales que no habían recogido fuel ese porcentaje bajaba al 21%.

«Como el estudio se hizo dos años después del hundimiento, los resultados demuestran que los síntomas que se han detectado tienen una persistencia a medio plazo», destacó Barberà, que señaló que otra de las conclusiones es que la limpieza de crudo no es una actividad inocua, ya que puede tener «un efecto indeseable» sobre la salud humana. Los médicos consideran que, más allá del contacto directo con el petróleo, la inhalación de los gases que despide el crudo puede ser una de las vías de entrada de las sustancias tóxicas en el organismo.

LOS VOLUNTARIOS / El neumólogo del Hospital Clínic explicó que por el momento se desconoce si los efectos que se han detectado en los pescadores pueden extrapolarse a los cientos de voluntarios que participaron en las tareas de limpieza. No obstante, señaló que unas de las conclusiones que puede extraerse del estudio es que las administraciones y las organizaciones conservacionistas que impulsan las campañas de limpieza cuando se producen vertidos han de extremar las medidas de seguridad (con trajes adecuados y mascarillas) y acortar todo lo posible el tiempo de exposición a estas sustancias.

Barberà destacó que la investigación, publicada en la revistaAnnals of interna Medicinede EEUU, ha sido acogida con gran interés en ese país, que ahora mismo está sufriendo las consecuencias de una enorme marea negra en el Golfo de México.