CONSECUENCIAS DE LOS HURTOS de cOBRE

La ola de robos de cable agota los estocs de Telefónica en España

Cable robado devuelto a Telefónica, en un almacén de Barcelona.

Cable robado devuelto a Telefónica, en un almacén de Barcelona.

FERRAN COSCULLUELA
BARCELONA

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La avalancha de robos de cable de cobre que está sufriendo Catalunya en los últimos meses está poniendo a Telefónica en serios aprietos. Portavoces de la compañía admiten que este verano se está viendo «lo nunca visto» en materia de sustracciones, y advierten de que esta ola de hurtos «está poniendo en riesgo» las comunicaciones porque provoca «problemas de disponibilidad» a la hora de conseguir bobinas de cable en España para reponer el tendido. En lo que va de año, Telefónica ha denunciado 329 robos en 139 poblaciones catalanas. Una cifra que indica que las líneas de algunas localidades han sido asaltadas más de una vez. Algunas de ellas incluso siete veces, como la de Sant Quirze de Safaja (Vallès Oriental) o Calders (Bages).

Unos robos que a veces se producen en días consecutivos y que obligan a la compañía telefónica a reponer una y otra vez el mismo tendido. Abrera (Baix Llobregat), Sant Feliu de Codines (Vallès Oriental), Vilafant (Alt Empordà) y Jafre (Baix Empordà) han sido visitadas seis veces por los ladrones de cobre en los últimos meses; Maçanet (Selva) y Avinyonet de Puigventós (Alt Empordà), en cinco ocasiones, y así sucesivamente en un ranking que va creciendo a medida que pasan los días.

Los Mossos d'Esquadra también están desbordados por esta situación excepcional, incapaces de controlar los kilómetros y kilómetros de red que alimentan a las más de 900 localidades de Catalunya. Las poblaciones rurales son las más afectadas, y algunos responsables municipales se han planteado organizar patrullas de vigilancia ciudadana para reforzar la seguridad. Es el caso de Josep Xargay, alcalde Cistella (Alt Empordà), cuya población ha sufrido cinco robos durante el mes de agosto, que la han dejado sin telefonía fija durante unos 10 días. «Hoy ya tenemos línea y los Mossos han incrementado las patrullas para vigilar el tendido, que va paralelo a la carretera. Los vecinos también haremos salidas por la noche para reforzar la seguridad. Si los ladrones se ven acorralados, seguramente nos dejarán en paz», afirmó ayer el alcalde.

Xargay destacó que la telefonía fija es indispensable para la comunicación de masías y urbanizaciones aisladas, además de proporcionar servicios tan importantes como internet y el fax. «En este pueblo hay mucha gente mayor que se medica, y las dosis recetadas de algunas medicaciones nos las envían por fax al ayuntamiento para que ellos no tengan que desplazarse», explicó.

PREOCUPACIÓN / La preocupación de los alcaldes es compartida por la compañía, que tiene que dedicar muchos operarios a reponer los cables que han sido asaltados. «Ellos roban en cuestión de horas, pero nosotros tardamos días en reparar las líneas, porque es como si las tuviéramos que hacer de nuevo. Una dedicación que nos hace más difícil atender debidamente las averías reales», señaló un portavoz de la empresa.

Telefónica no quiere hablar de dinero, pero el coste de los robos también está haciendo mella en las cuentas de la compañía. En lo que va de año, el incremento de los costos en Catalunya se ha disparado un 400%, y en algunas provincias, como la de Barcelona, han ascendido un 1.300%. «En estas cifras no se incluyen las llamadas que se han dejado de facturar a causa de la caída de las líneas», señalaron.

Pero el robo de cable no solo afecta a Telefónica. Particulares, instalaciones municipales, empresas, obra pública y servicios esenciales como el transporte en tren también se han visto perjudicados. Adif, ente administrador de infraestructuras ferroviarias, ha tramitado 61 denuncias por robo de cable en Catalunya en lo que va de año. Aparte del valor material del hilo sustraído, la compañía señaló que los costes que provocan estos hurtos son elevados por la intervención de personal y maquinaria especializada para reponerlo.

RETRASO DE TRENES / «Además, hay una serie de perjuicios indirectos para los viajeros, ya que los robos y cortes eléctricos provocan alteraciones en la circulación y en el funcionamiento de las señales, causando retrasos y molestias a los usuarios», explicó una portavoz. La compañía admitió que en las obras del AVE se han producido muchos hurtos, pero en estos casos las afectadas son las constructoras.

Un caso diferente fueron las sustracciones que se produjeron durante los trabajos de modernización del tramo Calaf-Manresa, que obligaron a Adif a licitar, el pasado mes de julio, un contrato de 6 millones de euros para subsanar los robos de materiales.