CONFLICTOS

Un barrio de Mataró se rebela contra un centro de menores

Pancartas de los vecinos de Pla d'en Boet contra la instalación de un centro de menores, ayer, en Mataró.

Pancartas de los vecinos de Pla d'en Boet contra la instalación de un centro de menores, ayer, en Mataró.

FEDE CEDÓ
MATARÓ

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La inminente apertura de un centro de menores en riesgo de exclusión social ha puesto en alerta a los vecinos del barrio obrero de Mataró Pla d'en Boet, que han iniciado una campaña de protesta con pancartas de rechazo en los balcones. Los promotores del proyecto juvenil, el Centro de Formación y Prevención Mas Sant Jordi, con más de cuatro lustros de experiencia en la capital del Maresme, aseguran que no acogen a jóvenes conflictivos sino simplemente de familias desestructuradas.

El principal motivo de rechazo al centro, que se ubicará en las instalaciones de la Parroquia de Nuestra Señora de Montserrat, es la experiencia negativa por la que dicen estar pasando los vecinos del barrio de La Habana, al otro extremo de la ciudad, donde se instaló el Centro de Acogida de Menores La Ribera, dependiente de la Direcció General d'Atenció a la Infància i Adolescència (DGAIA). Algunos residentes de la zona denuncian los «graves problemas de inseguridad y convivencia» generados por este centro que, bajo la tutela de la Generalitat, acoge a una treintena de adolescentes de 12 a 17 años. La institución, de régimen abierto, les permite salir a la calle a determinadas horas del día.

ANTECEDENTES / Los vecinos de las calles de Pacheco y Campmany, donde se ubicará la nueva instalación, basan sus críticas en la «situación conflictiva» generada por los jóvenes acogidos en La Ribera. «Será coincidencia, pero desde que llegaron no paran los cristales rotos, los desperfectos en los coches y las puertas forzadas», lamentó María Pilar. Otro vecino, Andreu, dijo: «No hay ningún control, los niños están siempre en la calle fumando de todo».

Los intentos por suavizar las reprobaciones han sido infructuosos. Desde la asociación de vecinos de Pla d'en Boet se convocó una reunión para tratar de acercar posiciones, pero los vecinos temen que se les intente engañar. Lo justifican con «la falta de información que nos han dado hasta ahora», según Conchi, presidenta de escalera que opina que «el centro podría buscar una ubicación más idónea».

APOYO MUNICIPAL / El ayuntamiento discrepa de las denuncias de los vecinos e insiste en diferenciar ambos establecimientos. El centro de Pla d'en Boet «nada tiene que ver con el de La Habana» sostiene Alícia Romero, alcaldesa accidental de Mataró, que avala la gestión de la entidad Mas Sant Jordi, «con más de 30 años en la ciudad sin tener ningún problema». Se trata, según la edil, «de una instalación que acoge niños procedentes de familias desestructuradas», que trabaja el aspecto pedagógico y su integración en la sociedad.

Ante la oposición vecinal, Alícia Romero recordó que el consistorio debe respetar la legalidad y «si la licencia de actividad –actualmente en su fase inicial– cumple con los requisitos, el centro podrá funcionar». La concejala está especialmente molesta con las pancartas alusivas al alcalde, Joan Antoni Barón –que no ha intervenido en la polémica porque está de vacaciones–, ya que detecta «cierta politización en las reivindicaciones».

PREJUICIOS CLÁSICOS / Jaume Clupés, responsable del centro social, detalló ante los vecinos que el perfil de jóvenes que acogerá la instalación parroquial «no es problemático», y que este barrio, a su entender, es ideal para reinsertar a los menores ya que guarda una realidad muy similar al de su procedencia. En cualquier caso, aseguró que seguirá «haciendo pedagogía» contra los clásicos prejuicios que suelen provocar este tipo de establecimientos.