EL INICIO DE UNOS FESTEJOS CON MUCHO DE ACTOS SOCIALES

Amposta, a sus pezuñas

Fiesta 8 Avión, el primer 'bou capllaçat' de las fiestas de Amposta, desfila por la ciudad, ayer.

Fiesta 8 Avión, el primer 'bou capllaçat' de las fiestas de Amposta, desfila por la ciudad, ayer.

SÍLVIA BERBÍS
AMPOSTA

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Avión tiene que saber que los toros como él ya no son lo que eran. La bravura que contiene su cuerpo cuadrado y negro de sienes cornadas se ha aburguesado desde que con el mal de las vacas locas, en lugar de ser sacrificados tras cada espectáculo para preparar un estofado popular, losbousregresan al campo para volver a ser contratados en otras fiestas. Pero la gran mayoría de las casi 8.000 personas que en la madrugada de ayer esperaban su corrida en Amposta atendían al rotundo aspecto de sus 500 kilos de casta para seguir temiéndole y adorarle como parte insustituible de sus fiestas mayores.

Avión es el primerboucapllaçatde los festejos y, al margen de toda polémica, se somete a la destreza de los miembros de la comisión de fiestas que atan con veteranía su cornamenta a una gruesa soga. Una vez listo, iluminado ya el cielo con las primeras luces del alba, se abren las compuertas del toril y el gentío que espera en el descampado tras el pabellón de esgrima echa a correr.«Desde que mi altura era la de mi actual cintura acudo cada año», explica orgulloso un jubilado que se resiste a variar el uniforme oficial: bermudas y zapatillas adecuadas para la carrera.

Junto al toro, más de 3.000 personas, una multitud que irá menguando con el paso de los minutos, se lanzan a las calles abiertas de Amposta. Un grupo de una veintena de mozos tienen el privilegio de coger la cuerda, de unos 50 metros de longitud. Avión está en el centro, con los cuernos vinculados a otro cordel de apenas un metro y medio, elcapllací, atado a la soga principal.«No se le estira directamente de la cabeza, él tiene un espacio de libertad que le da su capllací, y puede moverse a lado y lado unos cuatro o cinco metros», explica uno de los expertos de la comisión debous. Al tiempo que el astado recorre cada tramo de calle repleto de gente, se hace el silencio, y tras él, centenares de jóvenes parecen participar en una media maratón muy especial.

«Nosotros solemos venir cada año desde Xerta (Baix Ebre), porque en nuestra población solo tenemos bou embolat y de plaza, y esta modalidad nos gusta»,explica uno de los espectadores.«Aquí somos todos muy toreros, pero creo que hay demasiadas actividades taurinas en Amposta, más de 40 y con el presupuesto de 90.000 euros que se destina a esto se podrían organizar otras actividades, como teatro, o traer más orquestas»,comenta Santi Ibeas. Pero incluso para este crítico, este primer toroensogatde las fiestas es algo muy especial.«Es la oportunidad para encontrar a gente que quizá hace meses que no has visto, y hablar un poco aquí y allí con conocidos, es un acto social que incluye un desayuno por todo lo alto»,comenta mientras enumera junto a sus dos amigos, Pepe y Agustí Arrufat, los platos principales que están ya preparando en todos los bares de la ciudad:«Callos, caracoles, rabo de toro, pero sobre todo anguila en suc, eso es sagrado»,explican divertidos.

Infatigable pero perezoso

La polémica por las intenciones de las entidades de defensa de los animales de intentar prohibir losbousa medio plazo se escucha en las conversaciones de cada corrillo de gente.«Lo que quieren es distraer al personal para que no hablemos de otras cosas, porque ya me dirás si no es mucho más preocupante que en África se estén muriendo niños de hambre y por el sida a cada minuto»,comenta una mujer a sus amistades.

Transcurrida media hora, el toro, de la ganadería de Miquel Parejo, regresa tan campante.«Es un buen animal. Vuelve con la boca cerrada, lo que evidencia que, con todo lo que ha corrido, no está cansado. Si lo estuviera llegaría con la lengua fuera», afirma Narcís Fernández, de la comisión de toros.«Es cierto que ha corrido mucho, pero no ha hecho ni amagos de embestir a nadie, es manso y perezoso»,puntualiza Adolfo Lleixà, uno de los jóvenes privilegiados que cada año, desde que le diera el relevo su padre, participa en la carrera asido a la cuerda. No se pierde nunca el primercapllaçatde las fiestas, ni tampoco el segundo, a las once de la mañana. Pero buena parte de los aficionados, tras el pantagruélico desayuno de anguila, mejor seguirán otro día.