TRÁFICO

La prolongación de la C-32 se estrena con atascos

FEDE CEDÓ / Tordera

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La recién estrenada prolongación de la C-32 entre Palafolls y Tordera (Maresme) no pudo asumir el flujo de vehículos que durante todo el viernes y la mañana del sábado intentaron acceder a la Costa Brava por la vía rápida y quedó colapsada. Los usuarios, además, tuvieron que afrontar un incremento del 35% en los peajes.

«Pagar más para quedar atrapado es de locos», lamentaba Francisco Losera, un taxista de Barcelona que como todos los fines de semana iba con la familia a Blanes. La protesta evidenciaba como los vehículos que viernes y sábado optaron por el nuevo acceso de la autopista del Maresme hasta Tordera se vieron abocados a retenciones de hasta 4,4 kilómetros, por lo que en algunos casos tardaron hasta una hora y 45 minutos en recorrer ese trecho.

Circular por el tramo inaugurado el lunes de la semana pasada por elconsellerde Política Territorial y Obres Públiques de la Generalitat, Joaquim Nadal, comportó también un incremento del 35% en las tarifas de los peajes, que han pasado de 0,71 a 0,96 euros. El problema, según fuentes del Ayuntament de Tordera, se localiza en el tramo donde la C-32 enlaza con la GI-600 hacia Blanes.

La reducción a un carril único de salida en esta zona es consecuencia de la falta de conexión con el enlace de la futura autovía A-2 que el Ministerio de Fomento tiene en proyecto, lo que a juicio del alcalde de Tordera, Joan Carles García (CiU), «vuelve a colocar el lugar en el mapa de los colapsos» de los fines de semana, por lo que ya ha pedido una reunión con la Delegación del Gobierno.

El tramo de desdoblamiento de la N-2 pendiente en la comarca de la Selva es precisamente el enlace de la futura autovía A-2 entre Maçanet de la Selva y Tordera. Las previsiones más optimistas apuntan a que el Estado ejecute las obras a mediados de 2011.