CONFLICTOS

Las terapias para maltratadores presos no facilitan su reinserción

Manifestación con pancartas con nombres de víctimas de violencia machista, el año pasado en Valencia.

Manifestación con pancartas con nombres de víctimas de violencia machista, el año pasado en Valencia.

PATRICIA MARTÍN
MADRID

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Muchas personas se negarían a invertir un solo euro en los maltratadores encarcelados. Sin embargo, los estudios demuestran que hay muchas posibilidades de que vuelvan a atacar a sus parejas tras ser liberados. Para intentar impedirlo, el psicólogo y criminólogo Ismael Loinaz está realizando un estudio en el centro penitenciario Brians II y su principal conclusión es que meter a todos los agresores machistas en el mismo saco a la hora de tratar sus patologías no favorece su reinserción. Loinaz aboga por especializar cuanto antes las terapias, con el fin de frenar los altos niveles de reincidencia de este tipo de agresión.

En otros países como EEUU o Canadá, los expertos llevan 30 años intentando clasificar a los maltratadores. Sin embargo, en España todavía no se ha realizado ningún estudio similar. Loinaz ha finalizado una investigación piloto que divide a los machistas en dos grandes grupos. Para ello ha analizado a una cincuentena de presos de la cárcel barcelonesa y espera ratificar sus resultados al ampliar la muestra con más presos. Esto formará parte de su tesis, que dirige el catedrático de psicología clínica Enrique Echeburúa.

El primer grupo está formado por los «hipercontrolados» y lo integran machistas cuya violencia se limita a su pareja. «Son aquellos que van acumulando tensión hasta que explotan y hacen una barbaridad», explica. El psicólogo propone tratarles con terapias centradas en la gestión de la ira, con el fin de que intenten solucionar al problema cuando se presenta y no acumulen su rabia.

EL SEGUNDO GRUPO / Después se encuentran los que aplican la violencia no solo con sus parejas, sino prácticamente ante cualquier dificultad. Suelen tener antecedentes penales y requieren una terapia más compleja y larga para rebajar su agresividad. Muchos tienen dependencia del alcohol o las drogas y el experto propone tratarles primero de este tipo de patologías.

Loinaz advierte de que sería un error agrupar a los agresores machistas en función del tipo de delito que han cometido, dado que, por ejemplo, alguien que cumple condena solo por un quebrantar una orden de alejamiento puede pertenecer al segundo grupo. «Los agresores de pareja son un grupo sumamente heterogéneo», añade. Por eso, aplicarles un tratamiento «de talla única», opina, no favorece su reinserción.

El criminólogo achaca la falta de terapias especializadas (sí que las hay para delitos diferentes entre sí) a la escasez de recursos, dado que cada psicólogo debe atender a un gran número de internos.

LA REINCIDENCIA / El problema es que, aunque no hay datos oficiales, los estudios internacionales indican que al menos el 20% de los maltratadores reincide el primer año y hasta un 60% en la siguiente década. Frente a ello, el nivel de reincidencia en los violadores se reduce al 5%. Cada año la violencia machista se cobra más de 70 vidas en España. En lo que llevamos de 2009, han fallecido 33 mujeres.